miércoles, 10 de octubre de 2012

Populismo.

Tiempo sin escribir, no explicaré porqué, es más fácil decir que no me dio la gana y no tenía tiempo.

El tiempo que he pasado en política me ha enseñado que en Venezuela esto no es tanto lucha de ideologías y menos el termino marxista de “Lucha de Clases”. Aquí no hay nada de eso, Gustavo Machado y sus herederos son unos güebones equivocados al plantear algo así en una sociedad donde tanto rico como pobre no tienen más diferencia que la zona de residencia porque ambos son igual de imbéciles, tienen los mismos problemas y de paso las mismas aspiraciones. 

Como yo lo he visto estos cerca de 4 años que he estado en política activa aquí la cuestión no es algo de “izquierda-derecha” como lo plantea el gobierno; primero porque ninguno de los partidos opuestos al gobierno se plantea programáticamente como de derecha y segundo y más importante porque este gobierno es mentira que es de izquierda. La cuestión aquí la veo más como “Populismo contra Populismo”, ambos bandos vienen a ofrecer la misma sarta de pendejadas para el pueblo que no es lo que realmente necesitan, pero bueno como es lo que quiere el pueblo hay que complacerlo para ganarse su voto. 

Y claro, como aquí obviamente no se logra nada (ganar elecciones, conseguir jevas, hacer negocios) con la verdad, entonces se apela a promesas irrealizables, fatuas e innecesarias para conseguir cualquiera de estas cosas porque al fin y al cabo la gente prefiera una mentira preciosa a una verdad fea, pero verdad al fin. 

Ejemplo de eso lo veo donde vivo, en Vargas. Aquí en cada campaña a la gobernación desde que se creó el estado ya es un lugar común en las promesas de TODOS los candidatos la construcción del Estadio de los Tiburones de La Guaira, equipo que como se sabe comparte casa con los Leones del Caracas en el Estadio Universitario de Caracas. 

Desde Laya, el primer gobernador electo del Estado en 1999, esa promesa está allí, es la promesa que puede darte 20000 votos más sin importar que tus otras propuestas sean una porquería. A la gente no le interesan las mejorías en el transporte público, en el aseo urbano, en seguridad o en servicios, La gente lo que quiere es un estadio para usarlo solo por 3 meses y luego dejarlo los otros 9 cogiendo polvo. 

La promesa se mantiene en esta campaña electoral, ambos candidatos, el del Populismo en el poder y el del Populismo en la oposición prometen construir el estadio. La diferencia es que este año, el candidato del Populismo en el poder ha jugado adelantado y asegura tener al menos el terreno y la contratista encargada de la obra en lo que se conocía como “El Pavero de Macuto”, es decir, la promesa eterna al menos tiene un dejo de realización, lo que excita al pueblo que votará en mesa por verla hecha. 

La respuesta sin embargo del candidato del Populismo en la Oposición no ha podido ser más contradictoria. El mismo candidato que promete construir el estadio más arrecho que se haya visto ahora ha salido al paso en un momento de lucidez que no se esperaría para alguien de su calaña descalificando la misma propuesta de su plan diciendo que “Antes de construirse el estadio deben resolverse los demás problemas, como los damnificados sin casa, las vías públicas y las aceras”. Porque otra de las características del populismo es la permanente improvisación en las ideas y la descalificación. Improvisando ideas infantiles que al enfrentarse a un candidato que ofrece lo mismo la mejor solución parece ser descalificarla infantilmente, con argumentos con los que uno los descalifica a ambos, que son válidos si los dice uno porque está convencido de ellos, pero que pierden validez al venir de ellos. 

A fin de cuentas, uno de estos dos populistas ganará (me inclino por el primero) pero el pueblo que dicen representar seguirá perdiendo, aún con todo y estadio los problemas seguirán allí, irresueltos por darle al pueblo lo que pide y no lo que necesita.