viernes, 29 de agosto de 2008

Maldito Motorizado.

La cuestión que relato ocurrió de la siguiente manera, eran como las 10 de la mañana de un arrechamente caluroso día de julio de 2008, ocurrió en las cercanías de la coñoemadremente fea, caótica y decadente estación del Metro de la ciudad de Crackass Gato Negro, y está de más decir que uno de los personajes era un universitario amargado y con un odio inmenso a ciertas tribus urbanas del país como esta que le da titulo al pequeño relato, es decir ese personaje soy yo, el que escribe esta verga.

Todo empezó cuando yo tranquilamente le digo al conductor del autobús de la línea de La Guaira- Caracas (que extrañamente no tenía puesto un reggaeton a todo taco contribuyente de los altos índices de contaminación sónica en la ciudad de Caracas) que me deje frente a la estación. Yo me paro de primero de mi asiento y me bajo del bus. Cuando estoy a punto de que mi pie derecho enfundado en un zapato talla 44 (es mis pies son bastante grandes a decir verdad) se pose sobre la acera, viene rápidamente por el pequeño espacio que hay entre la acera y donde el autobús se encuentra parado descargando pasajeros un personaje de esos que merecen ser sodomizados por 20 asnos sabaneros birriondos, y a los que en el argot pupular se les conoce como motorizados.

En ese momento el coño e su madre, que se percata de que por poco gracias a se desconocimiento de la ley y del sentido común, casi arrolla a este humilde pecador terrenal, razón por la cual, la equivocación social esa se atreve a decirme con toda la prepotencia que suele caracterizar a los de su especie que habitan las junglas de cemento y pego que acá solemos llamar ciudad, lo siguiente:

Motorizado: Pana, que no ves por donde vas?

A lo que yo respondo:

Este encolerizado Personaje: El que al parecer no ve por donde va eres tu, no ves que hay un autobús con gente bajandose.

Motorizado: Pero yo estoy pasando.

Este encolerizado Personaje: Pero coño igual hay un autobús enfrente pudiste haber matado a alguien, coño.

Motorizado: Pero igual estoy pasando coño e tu madre te debí haber chocado.

Este aún más encolerizado personaje: Anda a chocar al coño e tu puta madre maldita basura.

Motomierdero: La tuya maldito si quieres nos entramos a puñaladas.

Este Aún más encolerizado Personaje y sin pelos en la Lengua: Yo no me ensucio las manos tocando mierda, y mucho menos a una basura como tu maldito plasta mamagüevo.

De repente un gentío, entre los que se encuentran algunos pasajeros del bus, empiezan a darme la razón y a acompañarme en insultos al motomierdero, y mientras eso pasa yo me voy retirando al interior de la estación del metro continuando mis insultos a la basura carroñera que se atrevió a creer que el sólo posee una lengua capaz de soltar anacondas voladoras, y que de paso cree que es dueño de la calle sólo por el hecho de cargar un vehículo que lejos de ser una ventaja para afrontar el tráfico de nuestra colapsada ciudad,, es más bien un flagelo más de lo que significa el caos de una ciudad donde pareciera que es caótica por naturaleza, donde el peatón muere pisoteado por el motomierdero y se extingue la alguna vez superior raza humana en manos de los nuevos individuos involucionados que hoy pululan nuestras calles

jueves, 14 de agosto de 2008

Eduardo Galeano vs Carlos Rangel

Los últimos días he estado leyendo un libranco de esos que andan siempre regados por mi casa llamado Del Buen Salvaje al Buen Revolucionario, obra de Carlos Rangel, un hombre que para mi generación es desconocido, bien porque murió años antes de que la mayoría de nosotros tuviera conciencia y supiera leer, o también porque para este país los únicos autores que existen son Rómulo Gallegos o Uslar Pietri, lo demás es mierda.

El caso es que estoy leyendo este libro por pasatiempo, ya que hace unos meses llegó a mis manos otro libro llamado “Las Venas Abiertas de América Latina” de un autor uruguayo llamado Eduardo Galeano. Este libro me lo mandaron a leer para hacer un trabajo de una materia llamada Sociología de la Educación, materia que me la daba un profesor que según lo que me contó, estuvo cerca de 5 años en las guerrillas del Frente Américo Silva del hoy partido opositor antiguamente marxista Bandera Roja. En este momento está de más decir que mi profesor es uno de los defensores del “gobierno involucionario” de Chávez, pero lo bueno es que el profesor sabía dar su clase y aprendí bastante de su materia.

El profesor nos mandó a leer el libro de Galeano para que después hiciéramos un informe analítico del libro, expresando nuestras opiniones sobre lo relatado por el uruguayo de Galeano y lo que comprendimos del mismo. La cuestión es que creo que fui uno de los pocos que se leyó el libro completo, pero lo terminé de leer es ahorita, porque cuando hice el trabajo lo deje como en el cuarto capitulo, porque cometí la gran estupidez de hacer el trabajo a última hora, un error que me salió caro porque tal vez mi nota habría sido más alta. Cuando terminé de leer ese libro, mi arrechera hacia el mismo era bien alta porque me dí cuenta de que exaltaba mucho a idiotas socialistas como Fidel y Juan Velasco Alvarado (dictador peruano que se alió con los comunistas y cuyas políticas económicas llevaron a su país a la gran hiperinflación de los años 80), y además porque los últimos capítulos eran en su mayoría sobre vainas económicas y no de historia, como fue al principio del libro que nos echaba los cuentos de la progresiva destrucción de América Latina en provecho de los grandes imperios.

Uno vez terminado de leer el libro, fui hablar con mi hermano sobre toda la arrechera que me dio el puto librito en el semestre, el me oyó y me dijo:

Daniel: Anda y léete del Buen Salvaje al Buen Revolucionario, ese libro le da una patada en el culo a todo lo que dijo Galeano.

Seguí su consejo y empecé a leerlo, y desde ese entonces he abierto los ojos y a comparar lo dicho por Galeano en contraposición a lo que expresa Rangel, y me doy cuenta de que los argumentos de Rangel son mucho más sensatos que los de Galeano con respecto al subdesarrollo y atraso de nuestro continente, ya que mientras Galeano te dice que todo se debe al despilfarro y al imperialismo; Rangel dice que todo eso va más allá, que esto es más que un problema económico y de dominación imperial, es una cuestión más sociológica que tiene que ver con los dogmas que se han formado en Latinoamérica, siendo un ejemplo de esos dogmas, el principal argumento que expone Galeano en su libro, el de que los latinoamericanos somos pobres, porque los europeos y estadounidenses son prósperos.

Otra de las cuestiones que hayo en lo que he leído del libro de Rangel, es que aún cuando este libro fue publicado en 1976, sus argumentos siguen siendo validos con respecto a nuestro continente, varios de los capítulos si hoy los leemos en medio de la Plaza Bolívar pueden hacer que nos pase como a este autor el día que fue a presentar su libro en la Facultad de Economía de la UCV, cuando este amigo tuvo que salir corriendo de la universidad a causa de que la mierda intolerante que en ese momento estudiaba en la universidad y que hoy deben de ser ministros, burócratas o asalariados simples del régimen, lo quería matar porque destruía todo en lo que creían, dejándolos huérfanos de ideas.

Uno de los capítulos que hoy día corresponde leer es el número II titulado Latinoamérica y Estados Unidos, pero recomiendo que lean nada más desde el subtitulo que dice “El segundo descubrimiento de América (Miranda en los Estados Unidos)” en la página 50 hasta la página 55, pues estas páginas albergan algo que destruirá para siempre eso con lo que nos está alimentando el gobierno sobre de que Miranda era otro de esos “Héroes Revolucionarios” que luchaban contra los EE UU. Esta parte muestra que nuestro Héroe de tres Revoluciones, sentía una especial admiración por el modo de vida y el sistema de gobierno norteamericano al que consideraba como aplicable a Latinoamérica para que esta pudiera desarrollarse a plenitud, comparando Miranda a estas comunidades con lo que relataban los griegos sobre la vida e las magnificas polis libres.

De verdad si quieren leer un verdadero libro con el cual discutir con alguien sobre la política de todo el continente, los invito a leer pausadamente esta obra que aún 30 años después de su publicación, sigue siendo válida a la hora de realizar un análisis crítico sobre la inestabilidad y la pobreza del mismo, y además sobre los peligros que desafortunadamente hoy están mandando como son el populismo, la corrupción y los falsos socialismos del siglo XXI.