domingo, 27 de marzo de 2011

Conformismo.

Si hay algo que yo vivo criticando de manera obsesiva es el enfermizo conformismo con el que los venezolanos se mueven en todos los aspectos de su vida. No digo que yo sea un ser perfecto, pero soy alguien capaz de ver sus errores y una vez que los veo busco estrategias para tratar de corregirlos.

Desafortunadamente la mayoría de mis conciudadanos no actúan de la misma manera que yo, omiten la parte de buscar corregir sus errores pues consideran que así son perfectos y que por tanto que ellos sean unos putos mediocres no le importa nadie pues al final su vida la viven como a ellos les da la gana.

¿A qué viene esto? A los hechos del panorama político nacional actual donde el conformismo se ha apoderado hasta de las protestas gremiales, que al ser tantas, hacen pensar que los medios, la calle y en general el país, están llenos de conformismo en estado puro.

Lo veíamos en cada protesta de algún sindicato chavista, donde a pesar de ser legítimos sus reclamos, por sus consignas y sus métodos uno termina condenándolos a ser lo peor de este país, pues sus protestas pasan de ser por derechos sindicales a convertirse en ruegos al “amado líder” del tipo “Somos revolucionarios, rodilla en tierra con Mico Mandante, pero exigimos nuestros derechos y queremos que el nos ayude”. Un antisindicalismo, una caricatura pues, que lucha contra el gobierno pidiéndole ayuda al gobierno, como ya satirizó El Chiguire Bipolar en un reciente artículo.

Ahora, vemos con tristeza como este conformismo ridículo se ha trasladado al sector que todo el país desde 2007 veía como la salvación del país frente al chavismo, los estudiantes.

Prueba de eso lo vemos con las últimas protestas contra el presupuesto mísero que el gobierno pretende darle a las universidades sin tomar en cuenta aspectos como la inflación que no controlan con sus planes económicos, más las necesidades e importancia que tiene este sector para el desarrollo del país. Protestas que pasaron de ser marchas de variada convocatoria hacia la AN o al Ministerio de Educación Superior, hasta llegar al ridículo con la huelga de hambre frente a la Sede del PNUD en Caracas.

Una huelga que trató de emular la anterior realizada por el colectivo afiliado a Proyecto Venezuela conocido como “JAVU” (que también puede considerarse otro gran epítome del conformismo protestante) pero fracasaron ante un gobierno al que sus reclamos a decir verdad, le importan una mierda.

Porque a un gobierno militarista lo que más le interesa es que las universidades se cierren porque en lugar de considerar a estas como campos de preparación para personas que puedan ayudar a mejorar el país, lo ven como una fábrica de pensadores críticos que le dirán que todo lo que hace está mal (cosa totalmente cierta), razón por la que consideran positivo su cierre para ser ellos los únicos dueños de la verdad absoluta.

Entonces cuando vemos que a lo que era una pequeña huelga de tres personas, se unen ese montón de carajitos apoyados por miembros de las FCU de las universidades más importantes del país, en algo que pudo haber desencadenado una protesta fuerte contra el gobierno, de repente deciden coserse la boca al más puro estilo carcelario, amenazando con seguirse cortando como si fueran emos molestos con sus madres porque no les dieron dinero, desacreditando aún más una protesta que ya estaba condenada.

Cuando esta protesta seguía cayendo por su propio peso, vienen y la levantan celebrando cosas como un magro aumento de las becas de unos pírricos 200 Bs F. a unos igual de pírricos 400 Bs F. que no resuelven en nada la situación de las universidades que hoy día siguen siendo la oveja negra de Venezuela.

Pero aún así, para la dirigencia estudiantil liderada por Diego Scharifker y penosos personajes de la talla de Ricardo Sánchez, esto es un triunfo, una victoria popular, algo que debe ser celebrado aún cuando nada haya cambiado y las universidades sigan al borde del cierre.

Algo que a mi modo de ver, solo tiene una expresión posible:
Y así de esa manera vemos como hasta el sector en el que “estaba la esperanza del país” también sucumbió al conformismo.

jueves, 24 de marzo de 2011

El Otro Día fui a la FILVEN

Me enteré de la apertura de esta feria un mes antes, cuando un profesor chavista que tengo nos lo anunció antes de terminar la cuarta y última clase del semestre con él. Como ya conocía esta clase de eventos pues asistí a la que se realizó por noviembre de 2009 en el Parque Los Caobos decidí asistir, ya que la fecha en la que esta se está dando yo ando de vacaciones y no tengo ninguna excusa para no ir, hecho que fue lo contrario en la que ocurrió en noviembre de 2010, donde por causas relacionadas a la universidad estuve ausente.

Tenía pensado ir el lunes, pero no pude ir gracias a la afluencia de personas y la lentitud de los cajeros en una entidad bancaria donde fui a realizar diversos trámites de poca importancia para el relato. El hecho es que decidí que el martes era el día, ya libre de trámites bancarios y universitarios que impidieran realizar mi cometido: Ir a la feria encontrar libros buenos y baratos y en general divertirme un rato escapando del aburrimiento de las vacaciones hogareñas.

Empecé mi recorrido caminando por los stands ubicados en la antigua sede del Ateneo de Caracas hoy convertida en un centro universitario oficial de dudosa calidad llamado UNEARTES, donde llamaron mi atención puestos como los de la Editorial Planeta que tenían libros de reciente publicación y también uno que otro libro de moda (Ejemplo: los de Stieg Larsson). Llamó mi atención ver que en este mismo puesto vendían el libro de Antonio Salas, El Palestino. Una pequeña nota de pluralidad en una feria llena de banderas de Cuba y retratos del Che Guevara.

En la misma área se localizaba un stand que era básicamente el paraíso de cualquier otaku al poseer toda clase de historietas japonesas junto a buena parte de la obra de autores angloparlantes como Frank Miller (300, Sin City y The Dark Knight Returns) y Alan Moore (V for Vendetta y Watchmen).

En estos stands a pesar de la calidad de su obra no pude comprar nada, a causa de haber ido a la feria con un capital de cerca de 55 Bs F. mientras que los libros que vendían en dichos sitios no pasaban de los 150 Bs F. y solo ofrecían (al menos en el caso de Planeta) 20% de descuento. Mala suerte, seguí caminando.

Luego de los pocos stands instalados en el Ateneo, decidí cruzar el charco hacía la parte más espaciosa y por ende más interesante de la feria: El Teatro Teresa Carreño, espacio en el que fui recibido de manera digamos cordial: Me regalaron al entrar un ejemplar del órgano oficial de la Alcaldía de Jorge Rodríguez y Cía.

No tenía pensado hacer un post sobre este recorrido hasta el momento en que llegué al sitio donde realmente iniciaba la feria, donde me recibió un vehículo de RNV transmitiendo las palabras del “líder máximo de la revolución-comandante-presidente-Premio Gadafi de la Paz-Sol del Siglo XXI-Novio de la Madrina” y al intentar ignorar este, me encuentro con el gran Stand del Ministerio de Cultura y justo a su lado el del Alba, cuyos contenidos me hicieron pensar que los posts del blog Panfleto Negro a cargo de Sergio y John Manuel Silva sobre esta misma feria no son nada exagerados sino más bien una realidad aplastante.

Inicio hablando del Stand del Minpopo de Currrrtura, el más grande de la feria y con más variedad, que al momento de entrar se encontraba con muy poca gente a pesar del espacio. A pesar de todo el sesgo político implícito en este sitio (Gente vestida de rojo, uno que otro afiche de Chávez, etc.) es uno de los mejores debido a la obra que se puede encontrar aquí a precios bajos, desde novelas clásicas latinoamericanas editadas por Monteávila (Rayuela de Cortázar, País Portátil de González León, entre otras) libros de historia viejos, la colección completa de la Revista Memorias de Venezuela y libros de poesía crítica de tipos que hoy día son incapaces de criticar como en antaño por estar en las cúpulas (say Tarek William Saab).

El del Alba como mencioné, era la vaina más inútil y tenebrosa que había visto hasta ese momento, lleno de banderitas de países de la alianza bolivariana y full de libros y revistas alabando las dotes del líder cubano, el Che Guevara y demás esperpentos de la izquierda quemada de las Antillas. Huí por la derecha.

Seguí con Vadell Hermanos, donde lo que encontré fue mayormente libros que ya leí o que ya tengo en casa. Una buena opción para estudiantes universitarios que necesiten con que entretenerse.

En Biblos-Siglo XXI me decepcioné al pensar que como casa editorial argentina iba a ofrecerme algo bueno. Resultó ser una editorial argentina para hacerle creer a ingenuos europeos que “la solución para América Latina son los gobiernos chavistas que nos salvaran de las garras del capitalismo neoliberal”.

Justo al lado de esta, se encontraba el Stand del Correo Del Orinoco, donde unas anfitrionas lo único que hacían era regalarte todo lo que encontraban. Me regalaron un ejemplar del diario, un pliego de afiches de Chávez y un “8 pack” de libritos de historia con la “versión revisada” de la historia de Venezuela.

Los siguientes dos Stands eran los de Nelara Editores y D.H. Libros, stands que parecían siameses, pues lo que tenían era lo mismo: Enciclopedias, Mapamundis y La Biblia. Poco interesantes y muy caros.

El Stand del Gobierno del Distrito Capital, era como el del ALBA, pero más heavy, por un momento me dio miedo de entrar, pues al ver tantas mujeres feas vestidas de rojo con uniformes de la institución no pude evitar acordarme de las Doñas de Septiembre. En general lo mismo de siempre: Mierda prochavista sobre Fabricio Ojeda, el Che, el 27-F y libros de poesía de algún chivato del gobierno.

Luego de danzar por otras editoriales gobierneras de contenido similar, llegué a una que me causó curiosidad sobremanera. Identificada como Centro de Intercambio Cultural Iraní, estaba llena de libros coránicos y afiches de Ahmadinejad y el ayatolá Khomeini. A pesar del miedo pude entrar y observar que no tenían un solo libros de político de importancia, todo se reducía a su mierda de religión.

Curiosamente más adelante encontré un pabellón identificado con Turquía, el cual padecía del mismo problema del de Irán pero más acentuado al ser este el país islámico más desislamizado. Pues en este Stand de la nación de Kemal Ataturk y Orhan Pamuk, solo había libros coránicos, nada de historia de esta nación ni libros sobre el curioso fenómeno electoral del partido de Democracia Islámica AKP que actualmente gobierna ese país. Una decepción del tamaño de la extensión de esa nación.

Al final de recorrer todos esos sitios terminé comprando en stands de libros usados los Cuentos Grotescos de José Rafael Pocaterra y un libro de Alán García en sus tiempos de diputado por el APRA que me pareció una aguja de socialdemocracia en un inmenso pajar de Fascismo Bolivariano. También en el del Minpopo de Cultura volví a entrar para comprar un libro sobre protestas estudiantiles en los años 80.

Los Libros en Cuestión.

A mis lectores les digo que vayan a la Feria y pasen por los Stands de los que les hable bien, aunque si no me creen todo lo que escribí, pues váyanse al Stand de la Fundación Federico Engels para que sus ojos sangren mientras se anotan para una rifa de El Capital.

Con Amor, Javier.

P.D.: Vayan a los Stands donde hayan libros usados. Yo lo hice y solo gasté 55 Bs F.

viernes, 4 de marzo de 2011

Patriotismo.


“Amo demasiado a mi país para ser nacionalista”
Albert Camus.

A mí me parece increíble que en un país donde todo lo que consumimos es importado exista gente que se considere a si misma tan nacionalista que da asco. Y cuando hablo de nacionalista, no me refiero a este término desde el punto de vista de la ideología política, no, esta gente es demasiado bruta como para detenerse a pensar en concepciones sobre política, me refiero a que la gente vive infestada de un patriotismo tan burdo, ruin e indefendible que roza los límites del conformismo.

Esta gente que cree que por escribir las cosas que escribo aquí y en twitter a mi me deben desterrar de este país o hasta matar, es decir, hasta se pasan por el forro la libertad de expresión aún cuando se supone que ese es uno de los valores de la patria que dicen defender ante quien los “ofende”.

Peor que todo esto, es que esta actitud ignorante no distingue entre ideologías, ya que uno pensaría esta actitud sería algo exclusiva de gente violenta del tipo de Lina Ron o cualquier otro fanático religioso del chavismo, pero no, esta misma actitud la ves en personas que se dicen tan opositoras y críticas que jamás votarían por Chávez. Toda una contradicción, pues al hacer esta defensa absurda terminan colocándose más del lado de la gente que dicen combatir que de lo que pretenden ser.

Uno al ver que lo ofenden con estos intenta contestar con argumentos, pero esta gente fanática e idiota al ver que sus planteamientos de defensa de la patria son más indefendibles que O.J. Simpson, lo único con lo que te responden es con más insultos que amenazas, llegando a la conclusión de que el patriotismo vuelve a la gente orangutanes.

Yo ya me harte de seguir discutiendo con esta gente, pues considero que mi intelecto superior no puede desperdiciarse en gente que no cambiará su cagalitrosa manera de pensar, por lo que tengo planeado mejor, buscar analizar el porqué de este pensamiento. ¿Por qué la gente a pesar de vivir en su sitio donde todo está mal es capaz de defender esto?

Podría empezar culpando de esta actitud al ya natural conformismo venezolano, el mismo conformismo que hace que en las elecciones la abstención siempre roce el 20% de los electores o hasta más, el mismo conformismo que hace que todos quieran estudiar Ingeniería al salir del bachillerato solo “Porque es lo que todos estudian” que al final así como hace que la gente se conforme con lo que encuentra, se conforme (valga la redundancia) con cualquier cosa mediocre que ve en el país, no importa lo niche y balurdo que sea, justificándolo con excusas balurdas como “Si no apoyamos lo nuestro nosotros entonces quien lo hará” o “Es de tu país, y solo por eso hay que apoyarlo” como si la condescendencia fuera a ayudar a superar las fallas de algo que anda mal.

Otra de las cosas por las que podría culpar de todo esto es al asqueroso sistema educativo venezolano, una tara a la que podríamos culpar de todo en Venezuela, pues al fin y al cabo todos los corruptos, inútiles y mediocres que hoy nos gobiernan fueron creados de una manera u otra por este sistema. Pues así como culpo a este sistema de la creación de hampones, también lo culpo de la creación de cabrones, pues si vemos los pensum de estudio de las principales materias de ciencias sociales (Historia, IPM, Ed. Familiar) todo en lo que se fundamentan estás materias es en decir que la patria es de pinga, incuestionable y hay que quererla.

Pero claro, estás materias te dicen todo esto, pero ninguna te enseña algo productivo para la vida, ninguna te dice como justificar esto; simplemente te dice que eso es así y ya. Como resultado de eso tenemos gente que dice que Bolívar era la “Verga e’ Triana”, pero no tienen como demostrarlo, o siquiera como ordenar las ideas para decir esto, porque la educación que les dieron tampoco los enseñó a redactar y a comunicarse decentemente.

De esta forma, la educación en vez de formar aquello por lo que los chavistas se viven desgañitando del “ciudadano crítico” terminan formando “eunucos mentales” que así como son incapaces de notar lo malo que está su país, terminan siendo incapaces de notar que está mal en sus vidas, creando un gran círculo de vicioso de vidas desastrosas que terminan creando un país desastroso que a los ojos de estos, está mal, pero pobre de ti si te atreves a decir esto, porque si no apoyas tu país tu no mereces vivir aquí porque “lo nuestro es lo mejor”.

A todos ustedes les digo, patriotismo mis cojones. Hasta Wilde sabía que esto es una mierda:

Creánme, soy tan cool que puedo usar bastón aún sin necesitarlo.

“El Patriotismo es la Virtud de los Depravados”
Oscar Wilde