domingo, 2 de mayo de 2010

I Wanna Be a Warlord.

Estos días ando un tanto molesto, claro ustedes lo saben si no lo estuviera no andaría escribiendo estás vainas, pero en fin ese es el hecho c’est la víe. Me imagino que los debe estar matando la duda del porque de mi enojo, pues por lo de siempre, observar mis bolsillos, cada vez que los observo y encuentro que para sobrevivir debo hacer malabares es una fotografía deprimente peor que observar las fosas comunes de Srebrenica, porque con esta inflación rompebolas, entre fotocopias, impresiones y maltas para acompañar mis emparedados del almuerzo se me va el dinero tan rápido como un peo sobre una hamaca.

Y lo peor de todo, es que con mi carga horaria académica tan asfixiante conseguir empleo y por ende dinero, se hace tan difícil que mis penurias son mayores, y mucho peor aún es darme cuenta que las perspectivas de futuro se ven más oscuras que una noche en medio de la jungla, al ver cosas como que una de las aspiraciones que tengo como es dar clases algún día en una universidad, no mejorará mucho mis esperanzas, es decir que tanta mamazón que he pasado estos años estudiando y los que faltan no servirán de nada pues igual seguiré mamando igual a hoy día cuando escribo estas líneas.

Dicho esto creo que ya he llegado al break point donde han llegado todos aquellos que deciden darle un vuelco radical a sus vidas, al punto cuando jóvenes estudiantes ilusos al ver que su partido no lo votan ni ellos mismos, se van a “luchar por la victoria” en un monte inhóspito, o al mismo punto cuando ejecutivos de empresas hartos de la rutina renuncian y se convierten en deportistas extremos.

Y como he llegado a este punto me corresponde elegir una de estas alternativas. La primera es un tanto estúpida ya que no es el momento de ponerse a agarrar fusiles porque el partido de uno está alto en las encuestas, y la segunda descartada de plano pues yo no soy ejecutivo de una empresa.

Pero me detengo un momento, ¿Por qué no combino ambas? Sí, soy joven y puedo agarrar un rifle, y además algunos deportes extremos son interesantes así que lo combinaré y el resultado de esto es que tengo que convertirme en un warlord.

Así mismo, ser algo así como Charles Taylor o Foday Sankoh , por ello me iré a copiar el esquema de ellos en la Amazonia donde me pondré a buscar piedras preciosas para financiar mi ejército, es que ya me imagino a mi mismo a lo Rambo con mi AK-103, lentes oscuros y ropa rasgada, mientras un grupo de garimpeiros recoge oro, para luego vendérselos a traficantes brasileños que me pagaran depositándome dinero en cuentas en el Caribe.

¿Y por qué lo haré? ¿Será por deseo de liberar al mundo de la tiranía? ¿Será porque quiero dominar Suramérica? ¿Será acaso porque quiero mejorar el país? No, nada de eso, lo haré por venganza, explotaré esos recursos para mi propio beneficio, lo haré por espíritu aventurero, lo haré no porque quiero crear mi propio estado, no, lo haré para entregarme al hedonismo que la pobreza me ha negado, lo haré para tener el placer de comprar a todo un país, y lo mejor lo haré para recordar como algo lejano todo este sufrimiento de pobre que me carga al borde de la locura.

Suena un buen plan, pero la Amazonia está muy lejos y no tengo ni para el pasaje, como que me quedo aquí escribiendo y haciendo ejercicios de concentración para ver si sueño con un número para jugármelo mañana.

2 comentarios:

KT dijo...

Leer tu post fue como leer mis pensamientos.
Ahora quiero suicidarme T.T

Excelente blog!

Devil with the black dress on dijo...

Suerte con lo del numero.