jueves, 26 de marzo de 2009

¿Donde está la Confidencialidad Médico-Paciente?

Hace poco más de un año, fui al hospital a una consulta a chequear unas vainas que no son muy relevantes para el curso de la historia que tengo pensado contar. El hecho es que fui al Hospital Vargas del estado homónimo, dado que me contaron que allí siempre había doctores disponibles para consultas, y como yo soy un carajo bastante impaciente, no quería andar esperando un largo rato como si estuviera en el Hospital General de Gaza rodeado de heridos de bala y apuñalados.

La cuestión es que llegue al hospital un martes a golpe de 9 de la mañana pensando que saldría de allí a más tardar el medio día. Pero allí los recepcionistas me dijeron que tenía que venir era a la 1 de la tarde o a las 6 de la mañana para consultas, que sólo a esa hora te atendían. Yo no me quise quedar porque tenía clase a la 1 precisamente.

Entonces dije que lanzaría el miércoles, por lo que configure el despertador para que sonara a esa hora. Afortunadamente el reloj sonó, pero desafortunadamente yo no me desperté, por lo que deje la cuestión para el día siguiente (jueves).

El jueves si logre despertarme temprano, pero mi madre me aconsejo:

-Mejor vete en ayunas por si te tienes que hacer exámenes.

Y yo de imbécil le hice caso y me fui hambriento al hospital de la verga ese.

Me pare a las 5 de la mañana y logre llegar al hospital a un cuarto para las 6, por lo que pensé muy ingenuamente que como llegue bien temprano, entonces probablemente ya a las 9 estoy yéndome de aquí tranquilo a comer. Pero me he vuelto a equivocar.

Resulta que a pesar de lo temprano que llegue al sitio, la recepcionista no había llegado y además ya había como 5 o 6 viejos esperando también en la cola.

Entonces pensé que nada probablemente la recepcionista llega a las 6 lo que pasa es que es muy puntual, pero se hicieron las 6, las 6 y cuarto, las 6 y media hasta que la gran cabrona se terminó de aparecer comiéndose un croissant de queso crema, tan tranquila mientras yo la miraba y mi mente se imaginaba a mi causando una matanza de recepcionistas de hospital.

Afortunadamente me controle, me calme y me dije cálmate saldremos de aquí rápido y le caeremos a la primera panadería que veamos por ahí, y en ese momento cuando ya estaba calmado, fue que me di cuenta de que el próximo en la cola para ser atendido por la fulana recepcionista era yo por lo que me di mis datos y toda esa paja que a uno le piden, y me dijo que una doctora de un apellido que en este momento no recuerdo me iba a atender cuando llegara.

Yo dije bueno, por lo menos ya sé que una doctora me va a atender, será algo rápido, vendrá y todo se acabara.

Pero surgió otro problema, la fulana doctora no ha llegado y son ya casi las 8 de la mañana, mientras que mi estomago anda conspirando contra mi mente para hacer que me vuelva al canibalismo, pero calmo a mi estomago al decirle que además de que el canibalismo es ilegal, aquí lo único que hay es viejos que se ve que no tienen carne ni para una empanada de cantina de colegio público, y que debe estar llena de enfermedades pues que más puede hacer un viejo en la sala de espera de un hospital.

Y pasaban los minutos e intentaba concentrarme en otra cosa por lo que agarraba un libro de filosofía y me ponía a pensar para intentar salir de mi locura, pero continuaba con mi desesperación, por lo que fui a donde la recepcionista para ver donde carajo estaba la doctora. A lo que ella me respondió que no ha llegado por x razón.

Mi desesperación continúa y sintió que estoy de verdad a punto de provocar una masacre, pero en ese momento me avisan que llego la fulana doctora pero que tiene que hacer papeleo y otras vainas por lo que hay que seguir esperando a que esta fulana se desocupe. Pasan 20 minutos y logro verla, sólo puedo decir que la doctora caminaba con un bastón y además cojeaba (no, no estoy mintiendo) lo que me hizo de acordar de cierto personaje de una serie de televisión muy buena, lo que parecía un augurio de que esa doctora me diría rápidamente lo que tengo después de insultarme sarcásticamente.

Media hora después la doctora empezó a atender gente pero había tres personas primero que yo lo que me daba más tiempo de espera pero al menos con la esperanza de que en poco tiempo me atenderían.

Luego de un corto tiempo pase yo al sitio que fungía de dormitorio y me puse a explicarle mi caso a la doctora, cuando termine mi exposición de motivos, pensé que la doctora terminaría insultándome, pero no, en ese momento entró una de esas viejas que ponen a limpiar el hospital al sitio, lo que me incomodo bastante dado que yo esperaba que fuera una vaina privada y no una cuestión que la vieja después le comentara a sus colegas a la hora del almuerzo con toda la normalidad del mundo. De paso la vieja del carajo me daba hasta indicaciones de cómo proceder como si ella fuera enfermera, aunque claro en ese momento yo estaba tan aislado del mundo por el hambre que no le pare mucha bola a lo que la vieja de la quinta verga me decía.

Posteriormente, salí del hospital a saciar mi hambre mientras pensaba que donde coño está la confidencialidad que me garantiza el médico, no se supone que sólo yo puedo saber lo que me pasa, ¿Por qué verga tiene una vieja babosa con ínfulas de enfermera tener que escuchar mi relato? Me imagino que así también deben hacer con los pacientes con SIDA y otras enfermedades, es que me imagino los diálogos.

Doctora: Usted tiene SIDA.

Paciente: ¿Qué puedo hacer?

Bedel con dotes de enfermera: Tranquilo mijo eso se cura rapidito con una bruja que vive cerca del rancho, esa te fuma veinte tabacos y listo. Fíjate que a mi Comadre…

Y ahora me siento mal por exponer de manera humorística y coño e madre una situación bien seria que no es para nada graciosa y que le podría pasar cualquiera. Que malo soy.

Para compensarlo les digo que usen condón, y no le paren bolas a las idioteces que dice el Papa Nazi respecto a este método de prevención.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

People, escuchen a Javier: Usen condón!!!

Diego dijo...

coño mi pana, a usted le pasan las mil y un vergas xD

Devil with the black dress on dijo...

Espero no llegar a ser una doctora asi y que bueno que apoyas el sexo seguro

Anónimo dijo...

ja ja ja ja.... Te apoyo total... creo mas en las hadas que en los medicos... Y muy gracioso esas "advertencias" para los comentarios...

ardi! dijo...

Otro de mis grandes favoritos es cuando tienes cita para firmar algún documento en la notaría, llegas a las 7am y te dicen "la licenciada no ha llegado". Mi paciencia dura lo mismo que una batería AA reciclada en Petare. A las 7:30am vuelvo a preguntar, con toda la actuada amabilidad del mundo "Más o menos a qué hora suele llegar la Srta... " y te responden "te dije que la licenciada no ha llegado, tate quieta".. Y así, hasta que dan las 3:00pm y La Licenciada (Yuribidiridenxi vestida de un taller rosado triple apretado y uñas con decorativos de piolín) llega de la peluquería.

Anónimo dijo...

el remedio siempre ha sido peor que la enfermedad xD