lunes, 3 de agosto de 2009

Iré Preso.

Ustedes mis pocos lectores lo sabían mucho mejor que yo, que probablemente este blog en algún momento se tendría que tomar una pausa más larga de las que su autor acostumbra hacer por motivos académicos y/o personales, que el riesgo de que este fulano un día le diera por decir basta de todo fuera tan grave que en algún momento terminara tras las rejas de alguna prisión asquerosa sólo porque no fue suficiente la descarga que antiguamente le daba escribir relatos, crónicas y opiniones sobre cómo vive.

Ustedes lo saben, probablemente un día me arrestarían no sé, por vandalismo al ser descubierto bebiéndome una botella de Cacique, con una sonrisa en el rostro frente a un Fiat Uno estacionado y en llamas en el estacionamiento de mi edificio; o que tal vez un día me arresten por agresión por golpear brutalmente a un motorizado con un bate de madera firmado por Vizquel, en alguna autopista de Venezuela; o peor, que un día me hubiera dado por quemar una bandera de Venezuela frente a un destacamento de la Guardia Nacional. Pero bueno nunca se sabe.

El hecho es que no hecho ninguna de esas cosas, y sigo luchando por evitar sucumbir ante estos métodos de liberación de ira, que aunque parecen divertidos desde mi punto de vista, a los ojos de ciertas leyes de convivencia humana son sencillamente inhumanos y faltos de sensibilidad.

Desafortunadamente, y aunque no haya hecho ninguna de estas cosas por las que iría a la cárcel con una sonrisa en mi rostro, igual iré preso. Probablemente el misterio los está matando de saber qué demonios he hecho, si ya le queme el Fiat a Barriga e’ Mero, o si queme una bandera frente a los pacos porque sencillamente el escribir ya no me hacía un hombre civilizado y sin ira. Pues no, no es nada de eso, sencillamente iré preso por lo que al parecer era lo único que evitaba que yo pudiera comportarme de manera poco civilizada, es decir sólo por escribir estas líneas, estos aproximadamente 130 posts que escrito aquí (sin contar con mi trabajo en Desde el Sillón y Música Apestosa) existe una posibilidad de que yo, un pobre tipo desempleado cuyo único pecado es guardarse la arrechera contenida cuando está en la calle para después drenarla aquí, pase 2 años en prisión, y sin derecho a pataleo, es decir que ni Johnnie Cochran ni Jacques Vergès me salvarán.

Y a que viene eso, pues a menos que sean unos ermitaños sin ningún contacto con el resto del país (si lo son los felicito), deben haber oído del nuevo absurdo legal que el gobierno ha creado conocido como Ley Contra los Delitos Mediáticos (o Ley CDM pa’ los panas), según la cual cosas que yo hago, como interpretar las noticias a mi manera, o dar mi opinión sobre las mismas, es un delito, porque atenta contra la salud mental de los “venezolanos”.

Claro, como si todos los venezolanos, supieran que existe mi blog, vieran Globovisión y leyeran Tal Cual, estos fulanos que redactaron está ley creen que ellos escogen lo que deben saber los que vivimos en esta patria cutre, pero claro como estos fulanos tiene un extraño sentido de la realidad y de lo que es el bien y el mal, ahora les da por considerar que lo que diga un borracho de esquina como yo o una sifrina de barrio como cualquiera de las que hay por ahí, es un asunto por lo que debe velar el estado por ser considerado de alta seguridad para la nación. Claro diría el Filosófo de Maracaibo, que no se le pueden pedir peras al horno.

Además de ser en si absurdo el hecho de que la gran preocupación del estado sean las opiniones de cualquiera, más absurdo es saber que habiendo tantos crímenes en el país, tanto malandro y periquero suelto por ahí, estos tarados se pongan a pensar en nuevas formas de que el venezolano infrinja las leyes. Además cómo demonios nos van a atrapar a nosotros que de vaina cometemos un delito menor, cuando vulgares azotes de barrio y otros criminales de peor calaña andan sueltos por ahí. Ah ¿A quién pretenden engañar? Obviamente a mi no me engañan.

De paso aunque la opinión sea un delito, igual en esta porquería de país van a seguir ocurriendo asesinatos, los corruptos seguirán robando (Dígalo ahí Diosdado) y en las clínicas te seguirán cobrando a precio de Mónaco un servicio al estilo Zaire.

Pero eso a nadie le importa en el gobierno, porque es de suma importancia que la “seguridad de la nación” sea mantenida con medidas que probablemente hasta Mussolini o Bokassa habrían tildado de ilegales.

Ley CDM, mis bolas y llévatelo Luisa Ortega, que aquí te espero con una sonrisa en el rostro de oreja a oreja.

7 comentarios:

ardi! dijo...

EXCELENTE!! Capaz nos conoceremos en la carcel... Tengo todas las intenciones de mearme en la LEY-CDM.

Anónimo dijo...

Pa'lla podríamos ir todos los bloggers!

Carly66 dijo...

Pienso que seremos muchos los que terminaremos en la carcel!! realmente tambien me cago en su "Ley"

Carly66 dijo...

Pienso que seremos muchos los que terminaremos en la carcel!! realmente tambien me cago en su "Ley"

Leo dijo...

Bah, ley de mierda país de mierda

mi dijo...

Asì se hablaaaaaaaaaaaa!!!!!!!

Anónimo dijo...

+1

que cagaita e' pais tenemos... njds..