martes, 17 de noviembre de 2009

Homenaje a un Héroe de mi Infancia.


Hace unas semanas estuve en una reunión regional de la mesa de unidad por allá por el estado Carabobo. Como llegué allá, pues me fui como corresponsal de Venezuela Apesta ya que iba a mandar a alguien hasta que me di cuenta de que si mandaba a alguien iba a tener que pagarle viáticos, por lo que resolví ir y calarme un viaje de tres horas en carretera para realizar un experimento de periodismo desde un digamos, evento decente.

Luego de las tres horas en autobús para hacerles corta la historia, llegué al lugar donde además de observar gente importante de los partidos (Ismael García, Juan José Caldera, Enrique Mendoza y otros) y otra gente poco importante (Haydee Deustch, Soraya Roye, etc.).

A medida que se llenaba el auditorio fui notando los políticos de mala, buena, mediana, alta y toda clase de famas que llegaban al sitio, ninguno de esos destacaba, cuando en un momento observo entre unos asientos a un tipo canoso, bastante alto (debía medir como 1.90) y con bigote que hizo que mi memoria se pusiera a trabajar para decirme donde lo había visto antes. Pero mientras mi memoria buscaba, mi hermano me aviso lo que ocurría y me dio todas las respuestas sobre quién era ese señor y porque lo conozco.

En ese momento cuando supe su identidad, mi memoria me llevó una vez más a los tiempos duros del año 2002, cuando yo todavía en el colegio me estaba yendo de viaje con mi madre a una finca de mi abuela en el orto del mundo entre Aragua y Vargas, donde habían tantas matas de cambures que en solo 1 semana haría que pases 6 meses sin querer saber nada sobre cambures.

La Finca tenía muchos cambures, insectos de todo tipo y vegetación, pero era una finca que llevaría a Homero Simpson a la locura ya que no tenía ni televisión ni cerveza. En ese tiempo yo no bebía cerveza, pero el estar sin televisión si era bastante molesto y más aún cuando se está en un lugar donde lo que hay es insectos, cambures, más cambures y más insectos. Lo peor es que en ningún lugar se podía comprar la prensa, por lo que estaba casi incomunicado, debido a que de vaina había radio.

Recuerdo que era febrero, carnaval o una de esas festividades donde se pierden clases, por lo que mi única actividad de entretenimiento era asustar a los gatos de la casa, cazar insectos y mentar madres por andar pasando mis vacaciones en un sitio que era tan aburrido que era preferible que me quedara en mi casa.

Un día mientras estaban pasando música llanera en la radio y yo andaba cazando moscas, de repente empieza el noticiero y se ponen a hablar de que un militar de la aviación se declaró en rebeldía y encabezo una marcha que puso a temblar al gobierno ya que nadie se lo esperaba.

En ese momento la calma de esa casa se derrumbo y mi abuela en su muy exagerada exageración comenzó a decir que un militar se alzó, que horror y todas esas vainas que a las viejas histéricas chavistas les suele ocurrir cuando escuchan las conspiraciones de Mario Silva en el canal 8. Claro como mi abuela yo sabía que era exagerada, no le paré mucho y esperé a devolverme a mi casa a ver Globovisión y leer la prensa para ver qué había ocurrido de verdad.

Cuando llegó a mi casa y veo la televisión llega mi hermano a explicarme lo que pasó mientras veía el discurso de ese hombre que me hizo acordarme una vez más que el punk no está muerto, cuando se subió al escenario de ese auditorio y dijo una de las frases más rock and roll que ha dicho alguien que nada tiene que ver con él rock and roll:

Coronel: El Presidente, no es el dueño de Venezuela.

Esas ocho palabras fueron para mí como una bofetada en la cara al cabrón que osaba encadenarse mientras pasaban Dragon Ball, o cualquier programa que fuera mejor que sus alocuciones eternas repletas de paja. Ocho palabras que hicieron que ese Coronel fuera mi héroe, el duro, una versión sin armas y sin coñazos de Rambo, de nombre Pedro Soto.

Posteriormente cuando todo el peo de Altamira y los coñazos tan divertidos que hacían que ver Globovisión y VTV fuera divertido, me enteré que ese acto de heroísmo y badassing fue solo la manifestación de un milico borracho que pasaba de casualidad y que a alguien le pareció buena idea ponerlo a hablar mientras estuviera en estado de ebriedad aún sin saber que este tipo iniciaría después la oleada de milicos rebeldes que tumbo por 2 días un gobierno y paralizó con ayuda de los sindicatos y los industriales un país por 2 meses.

Pero claro hoy día casi nadie lo recuerda por su acto de rebeldía, ya que con el tiempo se convirtió en uno de esos políticos balurdos que se lanzan a todo sin ganar nada y que van de reunión en reunión buscando un cargo que nunca ganarán, pero aquel febrero de 2002, fue para mí el militar más arrecho y con bolas que había en este país quien sabe desde cuando, por eso este post es un homenaje al Soto de 2002 que tanto heroísmo y actitud derrochaba como para plantarse a decir lo que pocos militares podrán decir por temor a perder su bozal de arepa.

1 comentario:

the goddamn devil dijo...

sabes... yo me acuerdo una vez cuando estaba sacando unos trabajos en esa "bella ciudad" llamada puerto la cruz, en pleno mediodia me fui a comer en unos chinos y a vaguear antes de regresar al trabajo y allí lo vi, al "coronel" soto haciendo campaña para intentar ganar la gobernacion... por supuesto llego detras de la ambulancia, y la imagen que me quedo fue mas del patetismo que de "dignidad y coraje" como decia su campaña...
en fin cosas de las cuales me hacen acordar que la politica es una basura...
saludos chamo me agrada tu blog...