martes, 24 de noviembre de 2009

Encuentros cercanos entre mi Rabia y Yo (I)

Para ustedes obviamente no es un secreto que yo sea un carajo bastante irascible, es más si yo escribo está vaina es precisamente por eso, para drenar las arrecheras que me dan las cosas en general, desde tener unos vecinos de porquería hasta unos totales imbéciles que creen que gobernar un país o cualquier cosa es colocarlo a niveles anárquicos similares a los de los prehumanos que habitaron la tierra hace millones de años (y sí, yo creo en Darwin cien por ciento malditos religiosos de porquería), por lo que esto es una grandísima relación de simbiosis entre mi ira y yo para lograr los contenidos y tópicos que yo suelo tratar en este blog para entrenamiento mío y de ustedes.

Por esa razón es que más que un pasatiempo este blog es como una hora de terapia psicoanalítica sin tener que pagarle dinero a un matasanos que me terminará diciendo una vez más que mi problema es que soy un asocial. Dicho esto, debo decir que esto me satisface, el problema es que la mayoría del tiempo yo no puedo mantener reprimidas las arrecheras que individuos probablemente tengan el mismo coeficiente intelectual de una cucaracha (con el perdón de las cucarachas por insultarlas de esa manera tan vil), por lo que me dan estallidos de arrechera que aunque leves ya que no llego a los niveles de The Incredible Hulk o Francis Begbie en Trainspotting, igual hay veces que pienso que de verdad o es que la gente es muy idiota, o es que yo no soy apto para vivir en comunidad, o ambas.

A continuación presentaré un compendio de situaciones ocurridas las últimas semanas donde la parte más sutil de mi rabia se ha manifestado para mostrarle a los idiotas que conmigo no se debe joder, ya que a pesar de que sus familiares y amigos les soporten sus actos de idiotez, siempre hay alguien que estará allí diciéndoles que sencillamente la única utilidad que deberían tener es como esclavos en una maquila cosiendo día y noche Jeans Levi’s:

Capítulo I: El Pendejito del Estadio.

Ya yo les hable de los espécimenes que suelen rondar el estadio donde suelo ir a trotar algunas noches para mantenerme alejado del sedentarismo y vivir mejor y a su vez, para drenar algo de la arrechera que el escribir no logra drenar (la arrechera sobrante se quema en la pista de atletismo).

El caso es que uno de esos típicos días en los que estoy preparándome para trotar dándole unas vueltas de calentamiento a la pista antes de empezar en el acto verdadero, cuando estoy caminando oigo la voz de un carajito de esos de cómo 14 o 16 años máximo que cree que mi apariencia es su entretenimiento, ya que si yo estoy mal vestido en un sitio de estos es precisamente porque yo no voy a hacer como este mal intento de humano que viene a un lugar donde se supone que se hace ejercicio a tomarse fotos con el resto de sus amigos macacos para colocarlas en su fotolog o cualquier idiotez típica de esas, con unas camisas con un estampado tan poco masculino que me hizo acordarme inmediatamente de Locomía, unos Jeans como si fueran a una discoteca basura y unos piercings que intentaban ser una versión cutre de diamantes sin lograrlo.

Entonces mientras hago mi preparación, el intento de australopythecus cree que la mejor manera de dárselas de gracioso con una de sus amigas, es haciendo lo siguiente:

Tukky: Mira chamo, esta jeva te quiere conocer.

Yo inicialmente sigo mi camino, pero cuando doy otra vuelta el carajo insiste.

Posteriormente cuando ya estoy trotando, el muy tarado osa llamarme de nuevo, lo cual hace que mis pensamientos malignos empiecen a maquinar para enseñarle una lección de aprecio por la vida a un idiota.

Me dispongo a acercarme mientras el carajo me llamo y apenas llego le quito la gorra que adorna su cabeza, que además adorna su cerebro y cuyo cerebro adorna a su vez a su cuerpo, y se da el siguiente diálogo:

Tukky un Tanto Exaltado: Dame mi gorra.

Yo: Dime una vaina ¿Tú crees que yo no tengo mejores cosas que hacer?

Tukky Titubeando: Pero si la chama te quiere conocer.

Yo: Cállate la boca y déjame terminar, si me sigues haciendo perder el tiempo, tus dientes van a tener un encuentro con mi pie que te dejará terribles consecuencias.

El Tukky titubeando más y con la voz empequeñecida: Pero si la chama te quiere conocer.

Yo: Espero que eso signifique que has entendido mi mensaje, mamagüevo.

Luego de eso me di media vuelta mientras sus amigos simios se reían de él y continúe mi trote pasando cerca del sector que ocupaban estos idiotas cada cierto tiempo, ignorando al idiota que afortunadamente entendió mi mensaje.

Capítulo II: El Tukky del Autobús.

Esto ocurrió una vez que estaba haciendo la cola para agarrar el autobús hacia mi casa allá en Caracas, la cuestión es que estos días la gente tiene el problema de creerse que el mayor triunfo que tendrán en toda su puta vida es colearse y montarse de primeros en el autobús, como si fuera el último helicóptero saliendo de la Embajada de EE UU en Saigón o el Buque Exodus con destino a Palestina durante el Holocausto.

De esta manera hay muchos idiotas que solo por querer montarse de primeros les importa una mierda que hayan personas que han cumplido la ley haciendo su cola en orden.
Así ocurrió cuando en una de esas avalanchas de porquería (gente), cuando estoy a punto de entrar al autobús un tukky de mierda con su novia morcillera y putarrona me cierra el paso dándose un diálogo violento, crudo y surreal:

Yo: Pana disculpa voy yo primero.

Tukky: A mí no me importa una mierda que tú vayas primero, yo me voy a montar porque tú te estás coleando.

Nota: Yo iba primero que él en todo momento.

Yo: Como que coleando, yo siempre he estado primero que tú, que no lo hayas visto es otra cosa, pero yo siempre estuve primero a diferencia de ti, maldito marginal de la quinta mierda.

Luego de eso el viaje transcurrió normalmente, pero igual fue bastante molesto.

Este es el primer grupo de arrecherones que he pasado y que tuve que hacer explotar en ese momento por estar falto de una computadora cerca para evitar que ocurra una hecatombe a causa del comportamiento absurdo de unas personas que no conocen que la palabra respeto está escrita en un diccionario probablemente porque desconocen que es un diccionario o porque sencillamente les importa una mierda todo eso hasta el momento en el que se encuentran conmigo y mi rabia explosiva.

To Be Continued…

2 comentarios:

Mauricio dijo...

Esto siempre pasa. Venezuela está llena de trolles. Carajitos trolles. Adultos trolles. Venezuela se convirtió en el peor de los foros de las internetz.

Yo siempre ando con el lema de ¨Don't feed the troll¨. Lamentablemente, esto significa que permito que cretinos como los de este post continúen por ahí.

Gracias por hacer de este país un lugar mejor, si fuera por gente como yo, el tukky del estadio seguiría intentando molestar a alguien mientras corre.

Devil with the black dress on dijo...

Bueno, esas cosas pasan todo el tiempo. Esa clase de gente que no tiene nada mejor que hacer sino molestar a los demas, los que te atropeyan con la excusa de que no te vieron, los que te empujan en el metro para su entretenimiento personal y muchos mas existen y abundan.
Hay dos cosas que se puede hacer cuando te encuentras con gente asi. La primera decir algo, como tu has hecho, y ver que pasa. La segunda es quedarse callado y maldecir a todo el mundo, como yo hago porque no tengo el valor de decir algo realmente.