miércoles, 30 de septiembre de 2009

La Primera Pepsi-Cola del Desierto.

Yo no soy muy fanático de los refrescos, claro si me tomo uno cuando ando en un perrero comiéndome una hamburguesa y necesito algo de beber, pero de beber alguna bebida no alcohólica, para mí es preferible un jugo de parchita o una limonada, aunque hay veces que estoy harto de beber Nestea y me da por comprar refrescos, es decir que a veces me hace falta una dosis mensual de refrescos.

Siguiendo en la onda de mis recuerdos del paro petrolero, voy con otro relato, esta vez sobre la imposibilidad de satisfacer mi impulso de consumir refrescos en ese tiempo.

Como ya les dije en el post anterior, estamos hablando de tiempos en los que conseguir cosas sencillas como pan era una tarea solo para valientes, quien tenía un carro debía pasarse un día entero en una cola para conseguir gasolina ¡Aún cuando vivimos en un país petrolero!, es decir era como que te regalaran un Nintendo, pero sin ningún casete, una verdadera coñoemadrada.

Además de la escasez de pan y de gasolina (que no me afectaba directamente ya que mi familia no tenía carro en esos tiempos), estaba el elemento de la desaparición de las bebidas gaseosas, lo que significaba, que desde un refresco hasta una malta, pasando por la soda que usan los ricachones y marginales (y todo el mundo a decir verdad), para echarle a su whiskey, era imposible de encontrar en cualquier supermercado, panadería, licorería o sitio donde se suponía que vendieran esas vainas.

A mí no me afectaba tanto, excepto cuando llegó navidad y me di cuenta de que una de mis extrañas tradiciones navideñas (que no sé porque las hago, ni como se volvieron una tradición) como lo es beber y beber litros de refresco entre la víspera de navidad y el primero de enero, no iba a poder ser realizada como yo acostumbraba (y acostumbro hacer). Probablemente la primera señal de eso, fue cuando abrí la nevera y me encontré que además de agua, el único líquido que había era jugo de guayaba, y la segunda fue cuando noté que uno de mis amigos que en ese momento era adicto a la Coca-Cola, tenía un comportamiento bastante extraño (casi nunca salía de su casa y andaba irritable).

Días después, el 31 de diciembre último día del año, por fin encontré refresco en mi nevera, resulta que mi padre se había ido de compras y había conseguido refresco, y más en especifico de Cola, y de naranja, y a decir verdad en esos tiempos, así fuera un refresco con sabor a Arenque me lo habría tomado.

En el momento en el que supe eso, me dispuse a sacar el refresco de la nevera pensando que era una Hit o una Golden y que el otro era una tan ansiada Coca-Cola con quien todo el mes había tenido sueños casi eróticos a causa de su desaparición. Pero mi libido se bajo cuando veo que son unos refrescos de una muy poco conocida marca llamada K/R, pero claro en esos tiempos a mí solo me importaba que el sabor fuera a como debía saber un refresco.

Cuando me bebí esa vaina, el sabor era distinto, claro era un sabor a Coca-Cola, pero parecía que se les hubiera pasado la mano un poco con lo del gas, porque sentía que estaba bebiéndome una bombona de Gas Popular de PDVSA antes que un refresco. Con esos refrescos aguante lo que quedó de diciembre y buena parte de enero, como una metadona que alivia a quienes les encanta la heroína, o sea es el mismo químico, pero no tiene el mismo efecto placentero.

Así seguí hasta que levantaron “parcialmente” el paro (¿Lo habrán terminado de levantar completamente algún día? Quién sabe si por eso es que la economía sigue tan mal, porque el paro continúa), aún cuando lo peor estaba pasando y las aguas volvían a su cauce (las colas de gasolina se iban disminuyendo, el pan reapareció, la harina pan volvió de sus vacaciones, etc.) seguían sin aparecer los refrescos decentes, continuaba el Kaga Rápido mitigando la adicción de los Coca-Colainómanos, y yo seguía hundiéndome en la adicción al Nestea.

Hasta que un buen día, dos semanas después del fin del paro, llegando yo con unos amigos del liceo, me digne a acompañarlos a comprar unos materiales para una clase de Manualidades, lo hice de mala gana ya que ese día venía como casi siempre venía después de salir del liceo, harto del mundo. Luego de que mis amigos me convencieran de acompañarlos, entramos a una librería, y mientras ellos buscaban sus materiales, yo en un momento que buscaba algo con que distraerme, encontré una nevera que emitía un resplandor que me hizo acercarme a las puertas del cielo: era una nevera de Pepsi, y lo mejor de todo, es que SI TENÍA PEPSI.

En ese momento le pregunte a la cajera cuanto costaba y se dio el siguiente dialogo:

Javier de 12 años: ¿Cuánto cuesta la Pepsi?

Cajera: 750 Bs. Pero está caliente.

Pensamiento de Javier de 12 años: Y eso es peo tuyo maldita bruta, dame mi refresco, no ves que llevo 2 meses sin beber un refresco que no sea el purgante ese que es el K/R.

Javier de 12 años sensato: No importa, dámelo y ya.

Cajera Bruta: Pero está caliente.

Cajero Harto de la intransigencia de la cajera: ¡Muchacha! Pero dale el refresco a ese pobre muchacho, no ves que debe ser la primera Pepsi que se toma desde que empezó el paro.

Pensamiento de Javier de 12 años: Coño vale, por fin mis pensamientos son escuchados, nojoda, este tipo es mi héroe, ahora obedécelo perra que quiero mi refresco.

Cajera Bruta: Bueno toma.

Javier de 12 años: Muchas gracias (con toda la arrechera del mundo reprimida en mi cara).

Luego de eso, me fui sin despedirme de mis amigos y corrí a toda velocidad al ascensor de mi edificio, que estaba a punto de cerrarse, logrando hacer como Ice Q huyendo de la cárcel de XXX 2, es decir pegue un brinco y llegué sintiéndome un dios.

Al llegar a un piso cercano al apartamento veo como unos marihuanos del edificio están sentados en las escaleras y en eso empiezan a gritar al unísono y a aplaudir mi proeza gritando:

Marihuanos: Pepsi-cola, Pepsi-cola, Pepsi-cola.

En ese momento mientras me bebía mi Pepsi-cola caliente ante ellos, y la alzaba con mis dos manos, me sentí como Maradona con la copa del mundo del 86 en sus manos, como Steven Gerrard alzando la primera Champions del Liverpool en 22 años, como un triunfo, como una bofetada a todo lo establecido, ese día para mí no hubo malas notas en los exámenes, no hubo bullies que me jodieran en el liceo, porque ese día yo me bebí la primera Pepsi-Cola del desierto, ese día yo fui el rey, y sobre todo, ese día nada pudo detenerme.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Pensando que tenías 12 años cuando el paro, empiezo a sentirme vieja...

Yo tenía 18, y tuve una experiencia parecida, pero con refrescos, sino con una cerveza.

Fue el día del famoso Firmazo. Habían pasado como 2 meses desde la última vez que veía una cerveza, y ese día estaba yo en la cola para firmar, en una plaza de Maturín bajo el solazo del mediodía; o sea, que podría haber muerto de calor!

Y de pronto llegaron unos chinos -que ni hablaban bien castellano- en una pick up full de cavas de Regional Light! Normalmente una cerveza costaba como 500bs, y ellos las vendían a 700. Te imaginarás que no me importó, enseguida me salí de la cola y me fui a comprar DOS!

Sobra decir que fue como estar en el cielo!

Devil with the black dress on dijo...

Yo tenia 9 años cuando el paro, asi que mis memorias sobre eso son algo vagas porque a esa edad no me interesaba lo que estaba pasando. Lo unico que recuerdo es que mi mama no hizo la torta navideña que hace todos los años en diciembre.

loserr dijo...

vaya... todo un epico relato!

papah dijo...

lo peor del caso es que ccs estaba hecho una mierda, y todo el mundo andaba con el peo del "sacrificio del paro para sacar a HCH", pero mi familia y yo nos fuimos a plc y allá estaba todo normal! los orientales tuvieron que si medio dia de paro, y comoa allá hay burda de turcos, ni de verga iban a dejar de ganar dinero...

javier lara dijo...

Mariale: Viejo me debería sentir yo al notar que han pasado 7 años de esa vaina. A decir verdad el que bebía caña en ese tiempo no pasó trabajo, porque no había cerveza, pero si había ponche crema, había ron y muchas otras vainas. Jodido estaba yo que no podía beberme un refresco decente.

Devil Black Dress: La Torta Navideña es mierda (si es la torta negra que yo estoy pensando), lo que te puedo decir es que afortunadamente en navidad mi madre consiguio azucar y pudo hacer los dulces que ella suele hacer en esta fecha.

Loserr: Jejeje, de aquí al Herralde y del Herralde al Nobel, carajo.

Papa: Esos turcos debían ser los más afortunados del mundo, o es que los de mi cuadra son los turcos más guevones de toda Venezuela, porque a ellos les faltaba todo lo que mencioné en el post, y no solo eran los turcos, tambien los portus no tenían nada de lo que mencioné. Y fijate, tan bueno fue el sacrificio que el coño e su madre todavía no se va. Que se los vaya a coger un burro la próxima vez que convoquen algo.

Fe de Errata: El refresco ahora que recuerdo no me costó 750, sino 250, lo que pasa es que con la inflcaión se me confunden los recuerdos y no sabía hasta este momento si era en 1999 que los refrescos costaban 250 o si fue en 2002.

the goddamn devil dijo...

jajajajajajaja
si, te entiendo muy bien, yo soy el unico que conozco que prefiere tomar pepsi, y puedo echarme unas caminatas infernales para conseguir una...
y esos refrescos K.R. son una cagada, como explicas que un refresco de 3 litros!!!!1 lo vendan mas barato que una pepsi de 2... no me jodan...
si estuvo bien tu relato me ha agradado...
saludos