lunes, 14 de septiembre de 2009

La Solución a mis Problemas Vecinales.

Yo creo que ustedes más que yo saben los problemas que yo tengo con mis vecinos, desde el Hijo de Puta del Fiat , hasta la familia ladilla que vive frente a mi apartamento, esta gente es la que hace que todos los días yo desee meterme en las montañas a vivir como ermitaño por el resto de mi vida.

Y digo esto sin contar precisamente a otros individuos detestables de esos que les gusta joder en los momentos cuando uno anda más ocupado (sábados a las 8 am durmiendo, o domingos a las 2 pm cuando escribo un post), como los vendedores de cosas innecesarias, los intolerantes religiosos (o como los suelen llamar comúnmente, testigos de Jehová) y los coños que con la excusa de que dejaron las drogas hay que darles dinero.

El hecho es que yo de esta gente me harte, por lo que me puse a pensar por varias horas cual sería la solución para que esta gente deje de molestarme, o de tan siquiera acercarse a las cercanías de mi casa, hasta que en un momento mientras trotaba por la calle veo como un perro inmenso (creo que era un bóxer), desde un casa empezó a ladrarme de una manera que me hizo correr más rápido hasta perderlo de vista, y no era solo conmigo era con todos los transeúntes y la reacción de estos era la mismas huirle, por lo que he llegado a la conclusión de que yo lo que necesito en mi casa para ahuyentar a los ladillas del edificio es un perro.

Pero un perro de verdad, no uno de esos animales enanos y amorfos llamados doberman pinscher o chihuahuas, que aunque ladran bastante no dan miedo, por el contrario dan risa los coños, tampoco uno de esos perros de niña arcoíris tipo cocker spaniel o peor aún un poodle (es que ni regalado), esos perros ni de vaina, esos son para regalárselos a una chica para que después de que lo abracen, yo les de un disparo de escopeta que les saque las vísceras. Yo hablo de un perro inmenso, de esos que parezcan un caballo y que al ladrar la gente escuche el sonido del infiero y el chirriar de las puertas del apocalipsis, es decir algo así como un San Bernardo, un Rottweiler o un Mastín Napolitano.

Si me pongo a escoger entre estos tres me decidiría entre el Mastín definitivamente, ya que el San Bernardo tiene mucho pelo y al final bajo el calor de La Guaira viviría sofocado y oliendo mal como si fuera una alfombra sucia; y mucho menos el Rottweiler ya que su apariencia a decir verdad me caga de miedo; y por eso me decido por el Mastín, ya que no tiene mucho pelo por lo que no viviría sofocado y su apariencia no es tan demoníaca como la del Rottweiler. Luego de comprarlo le pondría un nombre que vaya con él, como Cujo (igual que el de la novela de Stephen King, Cujo el Perro Asesino), Callahan o sencillamente Averno, para que hasta su nombre de miedo, es decir que sea de verdad arrecho.

Yo les aseguro que cuando uno de estos personajes me toque el timbre de la casa y oiga los tenebrosos ladridos de Cujo/Callahan/Averno, huira o si está bien necesitado lo pensará dos veces antes de volver a tocar. Y si vuelven a tocar y me atrevo a abrirles la puerta me verán con mi fiel amigo Averno ladrando a mi lado, es decir que los Testigos de Jehová no se atreverán a darme clases de intolerancia religiosa, los vecinos no sé atreverán a volver a pedirme dinero y los toxicómanos en lugar de pedirme dinero me lo darán cuando les amenace con soltarles a mi buen amigo.

Sería del carajo porque me vengaría de todas las veces que dormí mal por culpa del Hijo e’ Puta del Fiat, cuando pasee a Cujo, sencillamente tendré que colocarlo cerca de su automóvil cuando tenga ganas de orinar o cagar y ya, sencillamente le dejaré un regalo anónimo al peor vecino del edificio que le hará saber que hay un justiciero en la calle.

Si un día vuelven a tocar la puerta otros Testigos de Jehová, me atreveré a invitarlos a pasar y comer galletitas mientras Cujo los mira mostrando los dientes, ante lo que podré burlarme de su culto en sus caras mientras noto sus caras de impotencia ante la imposibilidad de rebatirme nada, ya que a la primera palabra en mi contra no dudo que Cujo se almorzará unas buenas orejas de intolerante, mientras yo me río como villano de película de James Bond.

4 comentarios:

Devil with the black dress on dijo...

Yo tengo uno de esos animales enanos que dices pero el mio no es amorfo y aunque lo adoro, a veces tambien quiero dispararle con una escopeta.
Si te compras un perro y quieres que haga todo lo que dices, lo mejor es que consigas uno cachorrito para que puedas inculcarle todas esas ideas y las asimile mas facilmente.

Anónimo dijo...

cujo!! es perfecto..

Anónimo dijo...

cujo!! es perfecto..

Anónimo dijo...

Yo prefiero Averno. En especial, para tus fines relacionados con los predicadores.