sábado, 5 de septiembre de 2009

Mc Donald’s o Centro Nacional de la Estupidez.


En estos días por esas extrañas casualidades de la vida fui a un Mc Donald’s. La razón es que iba en el carro de alguien que debía recoger a su sobrinito en el referido establecimiento antes de dejarme en mi casa. Por esa simple razón debía ir con él ya que el pasaje está caro, iba en su carro y bueno yo soy flojo y no tenía ganas de caminar una distancia de varios kilómetros de noche en un estado peligroso.

El caso es que después de cómo 20 minutos de mi amigo conduciendo, mentándole madres a camioneros y creyéndose el jodido Lewis Hamilton al conducir por una avenida varguense como si esto fuera el trazado de Monza en Italia, llegamos al lugar a esperar al sobrinito y a la hermana del tipo.

Cuando logramos divisar a la familia del personaje nos dijeron que teníamos que esperarlos porque el sobrinito del pana quería comerse un helado y entonces debían hacer cola en la sección donde despachan postres. En el preciso momento en el que escuche que había que hacer cola, supe que algo iba mal, pues yo que soy alguien que trata en lo posible de huirle a esas colas para comprar cosas, pero bueno me tocaba ponerme a esperar.

El problema es que me dio por ponerme a esperar cerca de la cola de los jodidos postres, es decir cerca de toda la acción, y allí lo primero que observe, es que la cola era larga, pero claro, para los estándares de lo que yo considero que debe ser un restaurante de comida rápida (el nombre lo dice todo, que irónico), o sea no era una cola de Mercal o del Pasaporte, pero ¡Coño ni que estuvieran vendiendo los mejores helados del mundo!

Volviendo al asunto luego de mis infinitas divagaciones sobre la cola, empiezo a observa que la cola está compuesta en su mayoría por madres y padres con carajitos, más los típicos especímenes de Centro Comercial (carajitas putarronas con novios tukkys), el problema es que los comportamientos de la gente eran dignos de hacer un video de una campaña pro-aborto y pro-restitución de la pena de muerte. Las familias eran en su mayoría mujeres que les decían a sus hijos que no hicieran esto ni aquello, a la vez que los carajitos hacían con mayor vigor lo que sus madres les decían que no hicieran; los padres de los niños o andaban pegándoles gritos a la vez que les ofrecían coñazos, o ya se los estaban dando; y los carajitos además tienen graves problemas de indecisión (futuros ni-ni) ya que a pesar de estar en toda la cola diciéndole a su mamá que querían una puta barquilla de chocolate, al final dicen que mejor es el de mantecado con sirope, pero cuando ya lo han comprado, quieren de nuevo la jodida barquilla, poniéndose a pegar gritos que me hacen pensar que uno de los peores empleos del mundo ha de ser cajero de Mc Donald’s o maestra de preescolar sólo por calarse a estos émulos de Damien de La Profecía o Junior el de Mi Pobre Diablillo.

Yo a decir verdad no voy a negar que me gustaba ir a Mc Donald’s cuando carajito, probablemente la razón era que como iba poco y daban juguetes era algo cool, pero conforme fueron pasando los años y uno fue creciendo (porque yo no maduro y me enorgullezco de eso), me empezó a gustar más la comida de restaurantes vulgares y rupestres (por no decir taguaras) y los perreros y sus diferentes variaciones. El hecho es que coño, le he perdido respeto a Mc Donald’s en todos los sentidos últimamente, ya que cuando voy a comer me hacen publicidad engañosa ya que me ponen una hamburguesota en el televisor a 12 Bs.F y al final es una vaina casi que cajita feliz, y al final te dicen que es a 12 y nunca pagas 12 sino el doble, por una hamburguesa balurda a la que cualquier perrero caraqueño le patearía el culo en sabor y servicio, maldita sea.

Y eso porque no hablo del pésimo servicio y las constantes denuncias de abuso laboral que tienen encima, es decir, estos tipos son pioneros en tratar mal a sus empleados (probablemente ellos trabajan con el gobierno para diseñar sus políticas laborales), tan así es, que hasta sacaron una de campaña publicitaria (que debe estar en Youtube, búsquenla que a mí me da flojera), como para limpiar su imagen con gente que dice haber trabajado allí y se siente orgullosa de que haya sido su empleo, cuando se sabe que ese es un empleo repleto de jefes de mierda de esos que siempre te exigen sonrisas así se te haya muerto te mamá, o sea la idiotez hecha persona.

Es decir, que si comer ahí es pésimo, sentarse cerca es pésimo, hacer cola es pésimo y hasta trabajar ahí es pésimo, porque demonios este restaurante debería siquiera tener mi respeto, es una jodida fabrica de idiotas. No me jodan, si hay algo peor que oír una conversación entre tukkys, debe ser pasarse un día completo en Mc Donald’s.

2 comentarios:

Devil with the black dress on dijo...

Suerte que soy vegetariana y no he puesto pie en un McDonald's en como 3 años.

ardi! dijo...

Mis carcajadas de risa fueron tan duras que el vecino del al lado le dio tremendos golpes a la pared para callarme. Me he convertido en la vecina maldita...

"el problema es que los comportamientos de la gente eran dignos de hacer un video de una campaña pro-aborto y pro-restitución de la pena de muerte." APLAUSOS MIENTRAS SALTO DE LA EMOCIÓN!