miércoles, 30 de septiembre de 2009

La Primera Pepsi-Cola del Desierto.

Yo no soy muy fanático de los refrescos, claro si me tomo uno cuando ando en un perrero comiéndome una hamburguesa y necesito algo de beber, pero de beber alguna bebida no alcohólica, para mí es preferible un jugo de parchita o una limonada, aunque hay veces que estoy harto de beber Nestea y me da por comprar refrescos, es decir que a veces me hace falta una dosis mensual de refrescos.

Siguiendo en la onda de mis recuerdos del paro petrolero, voy con otro relato, esta vez sobre la imposibilidad de satisfacer mi impulso de consumir refrescos en ese tiempo.

Como ya les dije en el post anterior, estamos hablando de tiempos en los que conseguir cosas sencillas como pan era una tarea solo para valientes, quien tenía un carro debía pasarse un día entero en una cola para conseguir gasolina ¡Aún cuando vivimos en un país petrolero!, es decir era como que te regalaran un Nintendo, pero sin ningún casete, una verdadera coñoemadrada.

Además de la escasez de pan y de gasolina (que no me afectaba directamente ya que mi familia no tenía carro en esos tiempos), estaba el elemento de la desaparición de las bebidas gaseosas, lo que significaba, que desde un refresco hasta una malta, pasando por la soda que usan los ricachones y marginales (y todo el mundo a decir verdad), para echarle a su whiskey, era imposible de encontrar en cualquier supermercado, panadería, licorería o sitio donde se suponía que vendieran esas vainas.

A mí no me afectaba tanto, excepto cuando llegó navidad y me di cuenta de que una de mis extrañas tradiciones navideñas (que no sé porque las hago, ni como se volvieron una tradición) como lo es beber y beber litros de refresco entre la víspera de navidad y el primero de enero, no iba a poder ser realizada como yo acostumbraba (y acostumbro hacer). Probablemente la primera señal de eso, fue cuando abrí la nevera y me encontré que además de agua, el único líquido que había era jugo de guayaba, y la segunda fue cuando noté que uno de mis amigos que en ese momento era adicto a la Coca-Cola, tenía un comportamiento bastante extraño (casi nunca salía de su casa y andaba irritable).

Días después, el 31 de diciembre último día del año, por fin encontré refresco en mi nevera, resulta que mi padre se había ido de compras y había conseguido refresco, y más en especifico de Cola, y de naranja, y a decir verdad en esos tiempos, así fuera un refresco con sabor a Arenque me lo habría tomado.

En el momento en el que supe eso, me dispuse a sacar el refresco de la nevera pensando que era una Hit o una Golden y que el otro era una tan ansiada Coca-Cola con quien todo el mes había tenido sueños casi eróticos a causa de su desaparición. Pero mi libido se bajo cuando veo que son unos refrescos de una muy poco conocida marca llamada K/R, pero claro en esos tiempos a mí solo me importaba que el sabor fuera a como debía saber un refresco.

Cuando me bebí esa vaina, el sabor era distinto, claro era un sabor a Coca-Cola, pero parecía que se les hubiera pasado la mano un poco con lo del gas, porque sentía que estaba bebiéndome una bombona de Gas Popular de PDVSA antes que un refresco. Con esos refrescos aguante lo que quedó de diciembre y buena parte de enero, como una metadona que alivia a quienes les encanta la heroína, o sea es el mismo químico, pero no tiene el mismo efecto placentero.

Así seguí hasta que levantaron “parcialmente” el paro (¿Lo habrán terminado de levantar completamente algún día? Quién sabe si por eso es que la economía sigue tan mal, porque el paro continúa), aún cuando lo peor estaba pasando y las aguas volvían a su cauce (las colas de gasolina se iban disminuyendo, el pan reapareció, la harina pan volvió de sus vacaciones, etc.) seguían sin aparecer los refrescos decentes, continuaba el Kaga Rápido mitigando la adicción de los Coca-Colainómanos, y yo seguía hundiéndome en la adicción al Nestea.

Hasta que un buen día, dos semanas después del fin del paro, llegando yo con unos amigos del liceo, me digne a acompañarlos a comprar unos materiales para una clase de Manualidades, lo hice de mala gana ya que ese día venía como casi siempre venía después de salir del liceo, harto del mundo. Luego de que mis amigos me convencieran de acompañarlos, entramos a una librería, y mientras ellos buscaban sus materiales, yo en un momento que buscaba algo con que distraerme, encontré una nevera que emitía un resplandor que me hizo acercarme a las puertas del cielo: era una nevera de Pepsi, y lo mejor de todo, es que SI TENÍA PEPSI.

En ese momento le pregunte a la cajera cuanto costaba y se dio el siguiente dialogo:

Javier de 12 años: ¿Cuánto cuesta la Pepsi?

Cajera: 750 Bs. Pero está caliente.

Pensamiento de Javier de 12 años: Y eso es peo tuyo maldita bruta, dame mi refresco, no ves que llevo 2 meses sin beber un refresco que no sea el purgante ese que es el K/R.

Javier de 12 años sensato: No importa, dámelo y ya.

Cajera Bruta: Pero está caliente.

Cajero Harto de la intransigencia de la cajera: ¡Muchacha! Pero dale el refresco a ese pobre muchacho, no ves que debe ser la primera Pepsi que se toma desde que empezó el paro.

Pensamiento de Javier de 12 años: Coño vale, por fin mis pensamientos son escuchados, nojoda, este tipo es mi héroe, ahora obedécelo perra que quiero mi refresco.

Cajera Bruta: Bueno toma.

Javier de 12 años: Muchas gracias (con toda la arrechera del mundo reprimida en mi cara).

Luego de eso, me fui sin despedirme de mis amigos y corrí a toda velocidad al ascensor de mi edificio, que estaba a punto de cerrarse, logrando hacer como Ice Q huyendo de la cárcel de XXX 2, es decir pegue un brinco y llegué sintiéndome un dios.

Al llegar a un piso cercano al apartamento veo como unos marihuanos del edificio están sentados en las escaleras y en eso empiezan a gritar al unísono y a aplaudir mi proeza gritando:

Marihuanos: Pepsi-cola, Pepsi-cola, Pepsi-cola.

En ese momento mientras me bebía mi Pepsi-cola caliente ante ellos, y la alzaba con mis dos manos, me sentí como Maradona con la copa del mundo del 86 en sus manos, como Steven Gerrard alzando la primera Champions del Liverpool en 22 años, como un triunfo, como una bofetada a todo lo establecido, ese día para mí no hubo malas notas en los exámenes, no hubo bullies que me jodieran en el liceo, porque ese día yo me bebí la primera Pepsi-Cola del desierto, ese día yo fui el rey, y sobre todo, ese día nada pudo detenerme.

lunes, 28 de septiembre de 2009

La Pesadilla del Arenque.

Por extrañas razones que ni yo sé, no me gusta comer pescado. Claro, como atún, y de vez en cuando en medio de una parrilla mar y tierra, me suelo comer algún pescado extraño que haya entre el revoltijo de carne y frutos del mar que hay servidos en la mesa, pero de ahí a pedir en un restaurante una rueda de carite o comerme alguna merluza que haga mi madre, prefiero cruzar la calle y comprar arroz chino, o prepararme alguna otra vaina. Tal vez mi aversión al pescado viene porque toda mi vida he vivido en un estado costeño, y a veces tanto mar puede resultar intoxicante, sea cual sea la razón que haga que no tolere el pescado no la sé, y no quiero hablar de eso a decir verdad.

Dicen que ciertas aversiones a las cosas vienen a partir de traumas de la infancia, pues yo tengo pocos traumas infantiles con el pescado a excepción de uno que tuve a los 12 años, aún cuando a mí siempre me ha repugnado el pescado, este es un trauma que vale la pena ser relatado.

Ocurrió a principios de 2003, en medio del paro nacional de 2 meses de la CTV y Fedecamaras, en tiempos en los que la escasez estaba a la orden del día, donde era más fácil conseguir caviar antes que una canilla con queso y jamón, donde la Coca-Cola pasó a la historia, y comenzó el auge de los refrescos K/R (o como los llamábamos entre amigos por sus efectos secundarios, “los Caga Rápido”), la gasolina y el gas para conseguirlos hacía falta hacer colas similares a las que hoy hacemos para sacarnos el pasaporte, y el azúcar se convirtió en una palabra que desapareció de nuestro vocabulario. Es decir, estamos hablando de tiempos difíciles para cualquiera que tuviera necesidades especiales como yo (si consideramos que mi necesidad especial es la adicción al pan canilla).

Como escaseaba todo, habían días en los que teníamos que comer sencillamente lo que mi padre o mi madre hubieran encontrado en el mercado, por suerte sobrevivimos bien varios días ya que teníamos gas, carne de res y suficientes vegetales para sobrevivir, además de una buena habilidad de mi madre para que las cosas que estuvieran en la casa tuvieran buen sabor, además de una cierta cooperación vecinal, ya que cuando alguien conseguía algo en algún sitio, avisaba para que fuéramos y compráramos o nos daban productos que ellos tuvieran de sobra a cambio de algo que ellos no tuvieran (cambios tipo mantequilla por azúcar o leche por caraotas).

Un día, un buen amigo de mi padre vino a la casa de visita con una bolsa de la que la cual ignoraba su contenido ya que en ese momento andaba muy ocupado jugando en mi Nintendo 64, luego de hablar con mi padre nos dijo que había traído 3 kilos de arenque que a él le habían regalado, pero que él no sabía qué hacer con tanto pescado por lo que se decidió a darnos 1 kilo para que mi madre lo preparara a su gusto.

Dos días después de estar refrigerado el pescado, mi madre se dignó a prepararlo. Mientras yo seguía jugando en mi Nintendo empezó a sentir uno de los olores más horrendos de mi vida, ese olor era el equivalente olfativo a la changa balurda del Hijo e’ Puta del Fiat, y mientras me ponía a pensar si es que los recolectores de basura también se habían sumado al paro nacional, me di cuenta que el olor nauseabundo procedía de mi cocina por lo que procedí a formarle un peo a mi madre a lo cual ella respondió:

Mi Madre: Probablemente huela así, pero va a quedar riquísimo.

Yo obviamente no le creí por lo que no me comí esa vaina, quedando de sobra en la casa para desgracia mía, ya que el jodido olor del arenque conforme los días pasaban se intensificaba más y más, llegando a un momento en el que de verdad estaba mareado a causa del jodido olor que continuaba intoxicándome.

El olor me intoxicaba de una manera tan arrecha que había momento en los que me ponía a ver VTV (estamos hablando del peor VTV, el de los micros que hablaban de mensajes subliminales) nada más para ver si con algo peor lograba sacarme de la mente esa pesadilla olfativa que continuaba atormentándome día tras día.

Un día sentí que mis ruegos habían sido escuchados, ya que estaban a punto de ocurrir dos cosas cerca del sitio donde vivía, una de esas cosas era una marcha de la oposición (Quizás la única que hubo en Vargas durante ese período), y la segunda ya la mencionaré.

La cuestión es que mientras estaba asomado por las ventanas de la sala de mi casa, notaba como los comercios de mi calle se iban cerrando poco a poco hasta convertir la calle en un desierto. Al principio yo no entendía que pasaba, pero cuando escuche un bullicio y observe a un montón de gente caminando por una avenida cercana a mi edificio, con banderas de Venezuela y gritando consignas contra el gobierno, entendí perfectamente que estaba a punto de presenciar algo divertido.

La cosa se puso aún más divertida cuando vi llegar al otro lado de la avenida a un montón de personas vestidas de rojo o con camisas blancas de los círculos bolivarianos a punto de enfrentarse en la semi-vacía avenida a los manifestantes opositores, pero afortunadamente en ese momento la cuestión seguía aumentando los niveles de hilaridad al observarse a un grupo de policías armados con escopetas y equipos antimotines que al notar que la escaramuza entre oficialistas y opositores había comenzado comenzaron a disparar bombas lacrimógenas que dispersaron a la gente y que hicieron que la marcha al igual que la mayoría de las cosas que se hacen en Vargas para protestar fracasaran.

Cuando el olor de las lacrimógenas entro a la casa, empezó el terror ya que mientras los policías seguían disparando nos estábamos ahogando por lo que mi madre empezó a buscar donde carajo había puesto el vinagre ya que se le había olvidado, y en ese momento me di cuenta de algo, que el olor a arenque había desaparecido gracias a la acción represiva de la policía, que en cerca de 5 días era la primera vez que volvía a oler algo que no fuera un pescado asqueroso, despertándome de la pesadilla que había traído a la casa un amigo de mi padre que nunca creyó que un buen gesto se convertiría en una caja de pandora de mis peores pesadillas.

viernes, 25 de septiembre de 2009

Lenguaje Corporal Delictivo.

Esto me sucedió hace tiempo. Estaba yo caminando por el puente Fuerzas Armadas, buscando un libro que necesitaba para una materia de la universidad entre los muchos puestos de libros usados y baratos que se encuentran en esta altamente transitada zona de Caracas.

Luego de pasar preguntando por cerca de 15 puestos sobre la disponibilidad del libro (un libro viejo de los años 60 de esos que son imposibles de encontrar y que extrañamente pareciera que el único ejemplar del mundo lo tiene el profesor), me dispuse a retirarme cabizbajo del sitio hacia la parada de autobuses que me llevara a mi casa.

Decidí irme caminando en dirección hacia la Asamblea Nacional. Cuando estaba cruzando la calle desde el puente, siento que alguien me está mirando fijamente (resulta que tengo ese poder, el de darme cuenta cuando me están mirando y evaluando con detenimiento sin que la gente lo sepa), y mientras estoy buscando identificar a la persona dueña de los ojos que me andan evaluando, observo a dos tipos de apariencia bastante tenebrosa (es decir, hablaban como malandros, te miraban como malandros, se vestían como malandros y se comportaban como malandros), teniendo una conversación como si estuvieran tramando algo que no beneficiará en nada a la humanidad.

Una vez que hago contacto visual con ellos, y notan que yo sé que me están observando, empiezan a llamarme en su castellano altamente deformado:

Malandro 1: Mira Chamo ven pa’acá, chamo.

Malandro 2: Chamo, chamo ven acá un momento gueon.

A estas alturas del partido yo no iba a acercarme a esos tipos ni aunque me estuviesen ofreciendo el Nobel de Literatura, por lo que hice un gran esfuerzo por ignorarlos y empecé a caminar rápido para no llamar mucho la atención (dicen que los delincuentes son como los perros, si no corres ellos no corren), mientras ellos seguían gritando que me acercara a ellos, hasta que en un momento deje de oír sus berridos de castellano deformado, pero para asegurarme de que no me estuviesen siguiendo cada cierto tiempo volteaba cada 2 minutos no fuera que se me apareciesen armados a robarme las pocas posesiones materiales que en ese momento tenía disponibles (un mp3, un celular, y cerca de 10 Bolívares fuertes).

Tras unos 10 minutos de caminata a largos pasos, llegué hasta la Plaza Bolívar, que para algo que no sé si llamar suerte, estaba bien custodiada por toda clase de agentes de las fuerzas de seguridad (PM, Guardia Nacional, PoliCaracas), lo que me dio un poco de calma al saber que ese par de huevones entre tantos tombos no se atreverían a asaltarme, y que en caso de que lo hicieran no conseguirían nada bueno, ya que si me robaban el mp3, se les habría dañado en un mes (como me pasó a mí), si me robaban el celular, tendrían que desbloquearlo arrechamente y en mi cartera además de los 10 bolívares lo que encontrarían serían moscas.

Por suerte gracias a que pude observar el lenguaje corporal de estos hampones me he salvado de ser robado, me he salvado un día más de ser parte de las horrorosas estadísticas de asaltos y hurtos en Caracas, que afirman que una de 3 personas son asaltadas, es decir, soy afortunado, he obedecido el consejo de Walter Martínez de todos los viernes al terminar Dossier, me he salvado gracias a mi amplia capacidad de observación, espero algún día no tener que depender solo de mi capacidad de observación y velocidad para evitar que dos hampones intente robarme

jueves, 24 de septiembre de 2009

¿Cúal Bolívar Fuerte?

En estos días tuve que ir a hacer unas tiendas del sitio donde vivo, mientras buscaba los artículos que debía encontrar, poco a poco me di cuenta de que el calor que hacía me estaba volviendo loco, por lo que me propuse comprar todo lo más rápido posible para volver a mi casa a sentarme frente al ventilador a ver televisión.

El problema es que yo me propuse eso, pero los que me atendieron en la tienda donde fui a comprar una de las cosas no pensaban que yo estaba en un apuro, por lo que además de atenderme con uno de los mayores desganos del mundo, tuve que soportarles que al momento de cancelarles 35 bolívares con un billete de cincuenta, no tuvieran como darme vuelto (supuse que es que nadie les compraba en su porquería de tienda y por eso no tenían nada en caja) por lo que fueron a cambiar, y de paso todavía les faltaban 5 bolívares, que luego de notar mi “cara de obstinación número 4 special issue”, lograron conseguir rápidamente luego de buscar en sus carteras.

Una vez que salí de esa porquería de tienda, me dispuse a comerme unas empanadas en un kiosco cercano, y luego de desayunarme las mismas, me dispuse a pagar el monto, llegando el momento de que cuando saco el billete de 5 que me habían dado en la tienda de porquería para completar el pago, me doy cuenta de que el billete está bien deteriorado y casi a punto de romperse, por lo que luego de la mentada de madre de rigor a los de la porquería de tienda, más el pago a los del kiosco de empanadas, me puse a pensar en un artículo que había leído en estos días en El Nacional sobre el problema del deterioro de los billetes de baja denominación (los de 2 y 5 Bolívares), aún cuando estos no llevan ni siquiera 2 años puestos a disposición del público.

Y no es solamente el problema con estos billetes que de tanto usarse ya andan en peor estado que los tristemente celebres “tinoquitos”, el problema también es con el grupo absurdo de monedas que se han sacado, desde la innecesaria e incomprensible locha, hasta las de 1 y 5 céntimos, que en algunos casos según me cuentan, vale más agarrar un buen grupo de estas meterlas en una bolsa y venderlas a los compradores de cobre (los mismos que les compran cables robados a los piedreros), que usarlas, es decir vale más el metal que el valor monetario de las mismas.

Es decir que una vez más tengo razón, la reconversión además de ser una meta no cumplida (porque todavía seguimos usando las monedas de 500 bolívares y los billetes de 20 mil bolívares, cuando se suponía que la co-circulación era hasta julio de 2008), ha sido un gasto tan innecesario como el satélite Simón Bolívar y la financiación de proyectos cinematográficos de Danny Glover (¿Se acuerdan cuando este negro hacía Arma Mortal con Mel Gibson?), ya que antes de ponernos a gastar dinero y tiempo en mandar a hacer los billetes nuevos que se deterioraron en menos de 2 años y las monedas inútiles, era necesario primero dejarse de pajas respecto a la política económica más inflacionaria del Hemisferio Occidental, y ponerse de verdad a planificar proyectos que de verdad combatieran este peo que tenemos desde hace 10 años.

Pero claro eso es mucho pedir, sobre todo para un gobierno cuyos economistas quiebran bancos, cuyos agricultores no pueden llenar de mercancía los abastos (Remember al Conde del Guácharo, en este país no hay caraotas, pero hay bastantes peos) y cuyo presidente siendo un ex militar no puede ni poner orden en su propio país.

Y una vez más me atrevo a decir Bolívar Fuerte mis Bolas.

martes, 22 de septiembre de 2009

Diccionario Burocrático

En estos días andaba reflexionando sentado en la poceta, en un momento a solas conmigo mismo de profunda concentración, y se me vino a la mente todo el camino de peos que yo tuve que superar para lograr entrar a la universidad, desde graduarme del bachillerato, presentar las pruebas internas, la prueba de aptitud académica, y el montón de requisitos burocráticos que te piden, que si el título de bachiller con las nosecuantas unidades tributarias, el fondo negro del mismo título, las notas certificadas selladas y firmadas por la zona educativa y los sellos fiscales, y un montón de cuestiones más que de verdad no quiero seguir mencionando porque en este momento no me acuerdo de ellos.

El caso es que me di cuenta hoy de varias cosas, que las 3 primeras cosas que mencioné, para los que se olvidaron, graduarse del bachillerato, la prueba de aptitud académica y las pruebas internas, son algo fácil, no es nada difícil, para mí que hoy día un huevón de 20 años no se haya graduado con los profesores piratas, la baja exigencia y todos los contenidos en internet listos para bajárselos, imprimir y ponerle portada con nombre, es algo absurdo, es simplemente exceso de flojera, alguien que tenga estas condiciones no merece mi respeto. La prueba de aptitud académica (no sé si se sigue aplicando) también no es más que un mero trámite absurdo, y las pruebas internas son fáciles, si nos podemos a comprarlas con el después, es decir, con los trámites burocráticos, la fase decisiva, la que te pone a pensar si de verdad estás preparado para todos los coñazos que te darán en la universidad.

Un universo paralelo separa a nosotros humildes mortales de los burócratas, esos cabrones que suelen ser campeones de los torneos de ineficiencia si estos se realizaran algún día, personajes que suelen tener casi siempre el mismo perfil:

Las mujeres: Suelen ser secretarias con titulo chimbo, o con titulo bueno pero que demuestran que la universidad no hace gente, que en horario laboral disfrutan hacer sufrir a quienes están en la cola de x trámite con actividades que para ellas son más importantes que aquella por la que se supone que le están pagando (bien pintándose las uñas, bien hablando por teléfono con sus hijas putarronas, o bien hablando por teléfono con sus jefes cornudos).

Los hombres: No distan mucho del perfil de las mujeres, ya que en la mayoría de los casos suelen ser carajos que de vaina llegaron al sexto grado o tipos que nadie sabe cómo llegaron al sexto grado, y además son de los que se distraen echándole los perros a las mujeres mientras tienen a 100 personas en una cola.

Estos personajes para joderte la vida tienen un arsenal completo de frases y palabras, como un abanico, una navaja suiza o un libro gordo de frases matadoras para demostrar su ineficiencia y además que el sueldo se lo ganan haciendo nada, estás frases empiezan desde que entras en la oficina pública a hacer cualquier trámite (sacarse el pasaporte, buscar una partida de nacimiento sacarse la cédula) con:

Le faltó (inserte documento absurdo aquí): Una vaina es que el error sea de uno ok, que si se me quedo esto o aquello, pero te vienen a pedir cosas que no estaban en los requisitos originales que decía la planilla o afiche x, justamente cuando estas ya a las puertas de la taquilla después de estar esperando 4 horas parado rodeado de uno de los más grandes cúmulos de escoria de todo el país.

Si uno resuelve el documento x, luego viene el paso de venir a buscar el documento que estaba solicitando, pero aquí hay un problema en la puerta te suelen decir, que el documento está listo en 2 semanas máximo, pero te das cuenta que la realidad es tan cruel como Atila el Huno cuando ves que la planilla que te dan como comprobante dice que estará listo para 3 semanas, pero después cuando piensas que nada puede empeorar, notas que la realidad no es tan cruel como Atila, sino más bien como Stalin, cuando te dicen:

Venga el (inserte día aquí) de la semana que viene: Lo peor es que vas la semana que te dicen y te vuelven a decir lo mismo, sintiéndote tan patético como Al Bundy luego de tres semanas recibiendo las mismas palabras de la misma huevona inútil, y cuando buscas explicación sobre por qué no está listo el documento te dan una de las máximas de la burocracia:

Es que él (Licenciado, Dotol, Diretol) no está: Siempre hay que esperar a un dotol, diretol o licenciado balurdo a que haga algo tan simple como ponerle una firma a un documento.

Y si te pones insistente, con la nariz echando vapor como un toro, a punto de sacar tu exacto de la cartuchera para ponerte violento y le haces por cortesía otra pregunta tipo por que el Licenciado no está o donde está o porque es todo tan ineficiente, te lanzan la frase cumbre de todo burócrata ineficiente de este país:

Ay yo no sé: Y este es el momento cuando se me hiela la sangre el estomago se me retuerce y siento que a pesar de que el aire acondicionado (en el caso casi imposible de que haya uno) está en 12 grados estoy sudando como un pollo en brasas, por lo que decido retirarme una vez más derrotado por los burócratas que manejan los hilos de la ineficiencia de este país, los mismos hilos que hacen que los hospitales estén peor que hacen 10 años, los mismos que hacen que tengas que perder 4 horas de tu vida en una cola para inscribirte en una universidad o por lo menos para hacer un deposito irrisorio de 100 Bs (de los débiles dicho sea de paso) en caso de que uno estudie en una universidad pública, los mismos que hacen que uno vuelva de vacaciones más estresado de lo normal.

Esos coños que trabajan con un horario absurdo (la mayoría trabajan de 9 a 12 y luego de 2 a 4, 5 horas diarias) que si nos ponemos a restarle cosas como los tipos pasándose una hora bebiéndose un café en horario de trabajo hablando paja con cualquier borracho, más que suelen cerrar media hora antes de lo que dice el horario, hace que al final trabajen nada más como 3 horas y media, es decir cualquiera trabaja más que ellos, probablemente hasta yo que soy un desempleado que lo que hace es escribir estas vainas de gratis, trabajo más que ellos, que ganan hasta cestatickets.
No me jodan, Burócratas mis Bolas.

viernes, 18 de septiembre de 2009

El Autor va a Misa.

Sobre las circunstancias que me llevaron a estar en una misa, no me pregunten, la cosa es irrelevante para el desarrollo de la historia y además, no tengo la menor idea de cómo llegué, solo sé que aparecí y ya.

Por suerte no me dio por ir a la misa con una camisa de Metallica o peor, con una que tuviera la portada del disco Highway to Hell de AC/DC, fui de manera decente ocultando mis inclinaciones casi satanistas con ropa de gente normal.

Cuando entro a la iglesia, lo primero que noto es que la misma es bien resistente ya que cuando entre no se cayó, lo cual me dio buena impresión ya que no quería tener en mi mente la responsabilidad de haber matado a un buen número de personas junto a la destrucción de una edificación del siglo XVII, solo porque se me ocurrió la brillante idea de acudir a la celebración de una misa. Luego de las observaciones pertinentes sobre el estado físico de la iglesia, me dispuse a entrar y sentarme en uno de los bancos más lejanos al podio donde se pone el sacerdote a sermonear a la gente, porque además de que no quería estar cerca del cura, quería estar cerca de la puerta, en caso de que por fin la iglesia se quisiera venir abajo por causa de mi demoníaca presencia.

Luego de acomodarme en el asiento, empezó la misa con una cantadera rara ahí de alabanzas a Jesucristo y con la gente parándose para escuchar la cuestión, por lo que decidí también pararme ya que parecía que era como el protocolo de este tipo de ceremonias. Pasada la cantadera de alabanzas, vino el cura al podio la gente se sentó y empezó a hablar el montón de pajas que salen en el biblia, manteniéndose en eso por cerca de 20 minutos que en relación tiempo-espacio-aburrimiento parecían una jodida eternidad.

Afortunadamente luego del montón de paja eclesiástica el cura empezó a hablar del camino a la libertad, la democracia y la “doctrina social de la iglesia” es decir, vine a una misa a escuchar vainas de cristianismo, y me salen con adoctrinamiento post-copeyano, ese fue el momento en el que sentí que esto iba a ser divertido ya que nunca había visto así de cerca a un cura que hablara mal del gobierno, lo que sabía que iba a ocurrir por cómo iba la ceremonia y el discurso del sacerdote.

Mientras yo seguía escuchando la arenga, oí el sonido a mi lado de un carajito llorando, es decir uno de los sonidos que si yo fuera Bruce Banner activaría mi Hulk interno, pero a decir verdad no podía culpar al pequeñajo por llorar, pues a decir verdad a mí también me molestaría estar perdiendo la infancia metido en una iglesia, por lo que obviamente la culpa es de la madre por ocurrírsele la brillante idea de traer a un niño a algo tan poco llamativo como una misa, y de paso por creer que los gritos de un carajito son el remedio a la habladera de paja de un cura, de verdad es preferible escuchar a un cura divagando que a un carajito pegando gritos.

Tras este lapsus, llegó el momento que esperaba, el cura hablando mal del gobierno, empezó hablando de la misma paja que hablan los predicadores siempre de “los tiempos que cambian”, para luego continuar su arenga contra los poderosos, los que no quieren negociar, y un largo etcétera que me hizo ver que no todos los padres son unos huevones como el que aparece en Ángulos.

Luego de su sermón político, lanzó su sermón contra la santería con una frase que de verdad es cierta “santero no es católico” y es cierto ya que o eres marisco o eres molusco, eso es como las viejas que van a la iglesia pero creen en la astrología, el feng shui, buda y el Código Da Vinci, es totalmente absurdo cree en una sola vaina y si no, no creas en nada.

Luego de eso otra vez a pararse y escuchar los canticos mientras pasan una vaina que es como una red de atrapar mariposas, donde supuestamente uno debe echar dinero, es decir te están cobrando entrada, yo que soy pobre y no quería alimentar mucho a un culto que tiene mucho dinero (y si no me creen vean el Vaticano), por lo que puse en la cesta 3 Bs. F que tenía bien ocultos en el fondo de mi bolsillo, que probablemente no enriquecerán ni empobrecerán a esta gente que a pesar de que me entretuvieron un rato no quisiera tener que ver por un bueno tiempo, ya que volveré a mi culto ateístico que lo domingos solo me exige sentarme en un sillón a rascarme las bolas y leer el periódico, y punto.

lunes, 14 de septiembre de 2009

La Solución a mis Problemas Vecinales.

Yo creo que ustedes más que yo saben los problemas que yo tengo con mis vecinos, desde el Hijo de Puta del Fiat , hasta la familia ladilla que vive frente a mi apartamento, esta gente es la que hace que todos los días yo desee meterme en las montañas a vivir como ermitaño por el resto de mi vida.

Y digo esto sin contar precisamente a otros individuos detestables de esos que les gusta joder en los momentos cuando uno anda más ocupado (sábados a las 8 am durmiendo, o domingos a las 2 pm cuando escribo un post), como los vendedores de cosas innecesarias, los intolerantes religiosos (o como los suelen llamar comúnmente, testigos de Jehová) y los coños que con la excusa de que dejaron las drogas hay que darles dinero.

El hecho es que yo de esta gente me harte, por lo que me puse a pensar por varias horas cual sería la solución para que esta gente deje de molestarme, o de tan siquiera acercarse a las cercanías de mi casa, hasta que en un momento mientras trotaba por la calle veo como un perro inmenso (creo que era un bóxer), desde un casa empezó a ladrarme de una manera que me hizo correr más rápido hasta perderlo de vista, y no era solo conmigo era con todos los transeúntes y la reacción de estos era la mismas huirle, por lo que he llegado a la conclusión de que yo lo que necesito en mi casa para ahuyentar a los ladillas del edificio es un perro.

Pero un perro de verdad, no uno de esos animales enanos y amorfos llamados doberman pinscher o chihuahuas, que aunque ladran bastante no dan miedo, por el contrario dan risa los coños, tampoco uno de esos perros de niña arcoíris tipo cocker spaniel o peor aún un poodle (es que ni regalado), esos perros ni de vaina, esos son para regalárselos a una chica para que después de que lo abracen, yo les de un disparo de escopeta que les saque las vísceras. Yo hablo de un perro inmenso, de esos que parezcan un caballo y que al ladrar la gente escuche el sonido del infiero y el chirriar de las puertas del apocalipsis, es decir algo así como un San Bernardo, un Rottweiler o un Mastín Napolitano.

Si me pongo a escoger entre estos tres me decidiría entre el Mastín definitivamente, ya que el San Bernardo tiene mucho pelo y al final bajo el calor de La Guaira viviría sofocado y oliendo mal como si fuera una alfombra sucia; y mucho menos el Rottweiler ya que su apariencia a decir verdad me caga de miedo; y por eso me decido por el Mastín, ya que no tiene mucho pelo por lo que no viviría sofocado y su apariencia no es tan demoníaca como la del Rottweiler. Luego de comprarlo le pondría un nombre que vaya con él, como Cujo (igual que el de la novela de Stephen King, Cujo el Perro Asesino), Callahan o sencillamente Averno, para que hasta su nombre de miedo, es decir que sea de verdad arrecho.

Yo les aseguro que cuando uno de estos personajes me toque el timbre de la casa y oiga los tenebrosos ladridos de Cujo/Callahan/Averno, huira o si está bien necesitado lo pensará dos veces antes de volver a tocar. Y si vuelven a tocar y me atrevo a abrirles la puerta me verán con mi fiel amigo Averno ladrando a mi lado, es decir que los Testigos de Jehová no se atreverán a darme clases de intolerancia religiosa, los vecinos no sé atreverán a volver a pedirme dinero y los toxicómanos en lugar de pedirme dinero me lo darán cuando les amenace con soltarles a mi buen amigo.

Sería del carajo porque me vengaría de todas las veces que dormí mal por culpa del Hijo e’ Puta del Fiat, cuando pasee a Cujo, sencillamente tendré que colocarlo cerca de su automóvil cuando tenga ganas de orinar o cagar y ya, sencillamente le dejaré un regalo anónimo al peor vecino del edificio que le hará saber que hay un justiciero en la calle.

Si un día vuelven a tocar la puerta otros Testigos de Jehová, me atreveré a invitarlos a pasar y comer galletitas mientras Cujo los mira mostrando los dientes, ante lo que podré burlarme de su culto en sus caras mientras noto sus caras de impotencia ante la imposibilidad de rebatirme nada, ya que a la primera palabra en mi contra no dudo que Cujo se almorzará unas buenas orejas de intolerante, mientras yo me río como villano de película de James Bond.

viernes, 11 de septiembre de 2009

¿No Creen que esto es un Mensaje?

En estos días me puse a ver uno de esos programas de Globovisión, de esos de reportajes que pasan los domingos por la noche y que a Hugo y a Diosdado no les gusta que la gente vea. Este programita era sobre la crisis de los hospitales, es decir han dicho todo lo que ya sabemos los que hemos tenido el infortunio de ir a un hospital público por x razón, solo porque no tenemos un duro para ir a una clínica ni pagar un seguro médico.

El programa se enfocaba más que todo en el problema de las maternidades, es decir en toda la odisea que tiene que pasar una mujer preñada para poder lograr que la atienda un médico de la manera que debería atenderla, es decir, algo totalmente imposible en la Venezuela donde los médicos se van al extranjero a trabajar, porque la paga es mala, y donde los ministros de salud son militares que probablemente no saben ni de primeros auxilios.

Viendo el programa yo me ponía a pensar que si, toda esta mierda está mal, que hoy más que nunca el remedio es peor que la enfermedad y que tal vez Juan Luis Guerra para hacer el Niágara en Bicicleta se inspiró en un hospital venezolano, pero a mi modo de ver la realidad (es decir con mucho humor negro), esto es un claro mensaje a un grupo de gente al que le tengo bastante odio: a los pobres brutos.

Cuando yo me refiero a “pobres brutos”, hablo de los idiotas que sabiendo que son pobres, se comportan como si quisieran seguir siéndolo, como si no existiera mañana, como si creyeran que siéndolo no afectan a nadie, es decir la mayoría de la población venezolana. Porque verán yo creo que ser pobre es algo perdonable y hasta comprensible, pues hasta yo soy pobre (no tengo empleo, no tengo dinero, vivo con mis padres), pero aún así creo que no debería serlo y por eso ando buscando como dejar de serlo, otro ejemplo de pobre sería uno de esos carajos que viviendo en un rancho con 2 hijos encima, tiene 5 trabajos, es decir, que le pone bolas para salir de la pobreza y darle mejores oportunidades a su familia.

La cosa se pone fea, cuando además de ser pobre, eres bruto es decir, tienes poco dinero, un trabajo mal pagado, 5 hijos y de paso te encanta tirar sin usar condones o anticonceptivos x para que dejes de andar sembrando de futuros “pobres brutos” el país. Esa gente es a la que va dirigido este post, esa es la gente que debería prestarme atención cuando les digo, que dejen la paridera porque obviamente el estado y el mundo ya se está obstinando de ustedes y si no me creen, vean lo siguiente:

Crisis Hospitalaria: Ya lo puse más arriba, los médicos se están yendo, y además de eso, los hospitales se están cayendo, los insumos no están llegando y el gobierno es inepto, lo que me lleva a pensar que a la hora de verdad cuando tu mujer o tu misma si eres mujer tengas que parir, en el hospital te darán una de las excusas de arriba, y cuando vayas a otro hospital te dirán lo mismo y así seguirás hasta que termines pariendo en la acera de hospital so pena de que tu bebé muera o tu misma o tu esposa se mueran.

Gripe AH1N1: Si ven las estadísticas y la tendencia a nivel mundial, los grupos más afectados por la gripe son los menores de 14 años y las mujeres embarazadas, es decir que si te preñas y además de eso te cae la gripe, encomiéndate a tu dios si crees en el o ponte a arreglar los papeles de tu funeral, porque eres la próxima a quien el amigo de la hoz visitará muy pronto, y si crees que en un hospital te ayudarán déjame repetirte una vez más, que la salud está en crisis, así que antes de llegar a eso cómprate unas pastillas anticonceptivas y olvidaremos está conversación tranquilamente.

Así que el mensaje al fin y al cabo, es que dejes de andar preñándote y cuanto antes vayas a la farmacia a comprar anticonceptivos, y si te gusta creer en uno de esos cultos inútiles y falsos a los que llaman religión, pues déjame decirte que eso me chupa un huevo, y si nada de eso funcionó, pues haz lo que ya dijo Mauricio y agarra tu gancho de ropa antes de que sea tarde.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Déficit de Inteligencia.

Estos últimos días he estado observando con detenimiento en todos lados, como la gente se hace más y más bruta. Lo observo en la universidad, en la parada de autobús, en la televisión, es decir, pareciera que de repente una nube de idiotez se hubiese posado sobre los cielos de Venezuela sin ninguna intención de irse.

Lo digo porque nada más en esta última semana he tenido que escuchar todo un montón de sartas de barbaridades salidas de diferentes bocas con una intensidad que de verdad, para mis oídos son un insulto, creo que hubiese preferido que me mentaran la madre antes que oír sendas barbaridades, es que me dejaron helado, del tiro después de escucharlas casi que me puse a llorar en mi cama cuando recordaba el preciso instante en el que se dijeron tales barbaridades.

Claro, uno no es precisamente Miguel de Cervantes, Andrés Bello o Lope de Vega, pero de verdad tales burradas son imperdonables, son cosas que no deberían ni poner como tortura psicológica para los prisioneros de guerra.

Los primeros casos los oí mientras presenciaba unas exposiciones en la universidad, cuando una caraja que colocaba sus planteamientos sobre la educación venezolana, se le ocurrió decir, lo siguiente (no apto para personas sensibles a las burradas):

Burra Universitaria: Ahora los “Bachilleres y Bachilleras”, pueden acceder a la educación.

Les pido que si tuvieron aguante para llegar hasta aquí, lean eso detenidamente una vez más, “Bachilleres y Bachilleras”, del tiro no me acuerdo del resto de la exposición, eso fue todo lo que quedó rondando por mi mente “Bachilleres y Bachilleras”, eso para mí es el equivalente auditivo a que Mike Tyson me dé un golpe en el estómago.

Otro caso en la universidad es el de otro personaje que afortunadamente para su humanidad (si es que la tiene ya que una burrada así no merece humanidad ni vida), que me discutió la localización de Tanzania de esta manera:

Yo: Bueno Tanzania es en África.

Burra Universitaria 2: ¡Claro que no! Eso no es África, eso queda por la India al lado de Tasmania.

Yo bastante aturdido por ese insulto a mí persona: Me haces el favor y no vuelvas a decir eso nunca en tu vida.

Y la muy burra seguía convencida de que su planteamiento era el correcto, por fortuna para ella, cuando yo estaba a punto de asesinarla brutalmente con un globo terráqueo golpeándola a la vez que le digo Tanzania es África, una compañera de ella me dijo:

Amiga de Burra Universitaria 2: Cálmate yo te creo, yo le diré que estaba equivocada.

Pero claro, aún así esa burrada continúo rondando por mi mente de tal manera que no se me ha borrado de la mente desde hace como 2 semanas que fue cuando ocurrió en el incidente.

Por cierto, Aquí queda Tanzania lo ven:

Repite conmigo, Africa, A-fri-ca, entendés pemdeja
Aquí queda India:


India es en Asia, bastante lejos de donde queda Tanzania
Y aquí es Tasmania:
Aquí es Tasmania, es parte de Australia por lo que es Oceanía, es decir mucho más lejos de donde queda Tanzania

Ahí se los dejo, siguiente caso.

El siguiente caso lo presencie en una reunión de esas de asociaciones de vecinos bien parecidas a las que salían en el sketch de Radio Rochela de Asocerro, donde un fulano dando su discurso se atrevió a decir dos grandiosas perlas del altar de la estupidez, mientras su cara era de No te llevo nada Fidel Castro doy discursos más arrechos que los tuyos:

Burro de Asocerro: Esta “Inparticipación” es porque no hay un “Albitro” que establezca las reglas (…) Es Necesario un “Albitraje”.

Y no es que lo dijo una sola vez, es que toda la reunión fue sucesión eterna de “albitros” y “albitrajes”, que una y otra vez me llevaron a pensar que este país está al borde de la destrucción.

Lo peor es que uno de mis mecanismos para olvidarme de tantas idioteces de la calle es ponerme a ver televisión, pero como diría el sabio Homero Simpson, la televisión a veces te abandona, y te abandona de maneras que hacen que quieras agarrar un bate de béisbol y quebrarla hasta que no queden ganas, al observar cosas como un Viceministro de Seguridad Ciudadana, diciendo luego de que la PM disolviera una marcha opositora con gases lo siguiente:

Viceministro de Inseguridad Ciudadana: La Guardia y la Policía intervinieron una vez que los manifestantes habían “rompido” la barrera de seguridad.

Uno pensaba que al menos los representantes del gobierno, luego de cagarla tanto, tuvieran al menos una buena manera de expresarse, pero no, en un gobierno donde el Presidente conjuga el verbo “Adquerir”, no se le puede pedir a los funcionarios subalternos que sean mejor que él a la hora de hablar y mucho más ante un micrófono y unas cámaras enfrente.

Y cuando uno creía que nada podía ser peor, Murphy y sus leyes atacan de nuevo para recordarte que nunca debes pensar que lo peor ha pasado, cuando observas a un líder estudiantil zuliano decir:

Líder Estudiantil (según algunos): El gobierno quiere impedir la mejoración de la universidad.

Y eso que no quiero poner por ningún lado las gloriosas frases del Filósofo de Maracaibo, porque creo que si pongo una burrada más creo que la computadora va a colapsar y ella no se merece una muerte tan coño e’ madre, no después de todo lo que ha hecho por mí.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Mc Donald’s o Centro Nacional de la Estupidez.


En estos días por esas extrañas casualidades de la vida fui a un Mc Donald’s. La razón es que iba en el carro de alguien que debía recoger a su sobrinito en el referido establecimiento antes de dejarme en mi casa. Por esa simple razón debía ir con él ya que el pasaje está caro, iba en su carro y bueno yo soy flojo y no tenía ganas de caminar una distancia de varios kilómetros de noche en un estado peligroso.

El caso es que después de cómo 20 minutos de mi amigo conduciendo, mentándole madres a camioneros y creyéndose el jodido Lewis Hamilton al conducir por una avenida varguense como si esto fuera el trazado de Monza en Italia, llegamos al lugar a esperar al sobrinito y a la hermana del tipo.

Cuando logramos divisar a la familia del personaje nos dijeron que teníamos que esperarlos porque el sobrinito del pana quería comerse un helado y entonces debían hacer cola en la sección donde despachan postres. En el preciso momento en el que escuche que había que hacer cola, supe que algo iba mal, pues yo que soy alguien que trata en lo posible de huirle a esas colas para comprar cosas, pero bueno me tocaba ponerme a esperar.

El problema es que me dio por ponerme a esperar cerca de la cola de los jodidos postres, es decir cerca de toda la acción, y allí lo primero que observe, es que la cola era larga, pero claro, para los estándares de lo que yo considero que debe ser un restaurante de comida rápida (el nombre lo dice todo, que irónico), o sea no era una cola de Mercal o del Pasaporte, pero ¡Coño ni que estuvieran vendiendo los mejores helados del mundo!

Volviendo al asunto luego de mis infinitas divagaciones sobre la cola, empiezo a observa que la cola está compuesta en su mayoría por madres y padres con carajitos, más los típicos especímenes de Centro Comercial (carajitas putarronas con novios tukkys), el problema es que los comportamientos de la gente eran dignos de hacer un video de una campaña pro-aborto y pro-restitución de la pena de muerte. Las familias eran en su mayoría mujeres que les decían a sus hijos que no hicieran esto ni aquello, a la vez que los carajitos hacían con mayor vigor lo que sus madres les decían que no hicieran; los padres de los niños o andaban pegándoles gritos a la vez que les ofrecían coñazos, o ya se los estaban dando; y los carajitos además tienen graves problemas de indecisión (futuros ni-ni) ya que a pesar de estar en toda la cola diciéndole a su mamá que querían una puta barquilla de chocolate, al final dicen que mejor es el de mantecado con sirope, pero cuando ya lo han comprado, quieren de nuevo la jodida barquilla, poniéndose a pegar gritos que me hacen pensar que uno de los peores empleos del mundo ha de ser cajero de Mc Donald’s o maestra de preescolar sólo por calarse a estos émulos de Damien de La Profecía o Junior el de Mi Pobre Diablillo.

Yo a decir verdad no voy a negar que me gustaba ir a Mc Donald’s cuando carajito, probablemente la razón era que como iba poco y daban juguetes era algo cool, pero conforme fueron pasando los años y uno fue creciendo (porque yo no maduro y me enorgullezco de eso), me empezó a gustar más la comida de restaurantes vulgares y rupestres (por no decir taguaras) y los perreros y sus diferentes variaciones. El hecho es que coño, le he perdido respeto a Mc Donald’s en todos los sentidos últimamente, ya que cuando voy a comer me hacen publicidad engañosa ya que me ponen una hamburguesota en el televisor a 12 Bs.F y al final es una vaina casi que cajita feliz, y al final te dicen que es a 12 y nunca pagas 12 sino el doble, por una hamburguesa balurda a la que cualquier perrero caraqueño le patearía el culo en sabor y servicio, maldita sea.

Y eso porque no hablo del pésimo servicio y las constantes denuncias de abuso laboral que tienen encima, es decir, estos tipos son pioneros en tratar mal a sus empleados (probablemente ellos trabajan con el gobierno para diseñar sus políticas laborales), tan así es, que hasta sacaron una de campaña publicitaria (que debe estar en Youtube, búsquenla que a mí me da flojera), como para limpiar su imagen con gente que dice haber trabajado allí y se siente orgullosa de que haya sido su empleo, cuando se sabe que ese es un empleo repleto de jefes de mierda de esos que siempre te exigen sonrisas así se te haya muerto te mamá, o sea la idiotez hecha persona.

Es decir, que si comer ahí es pésimo, sentarse cerca es pésimo, hacer cola es pésimo y hasta trabajar ahí es pésimo, porque demonios este restaurante debería siquiera tener mi respeto, es una jodida fabrica de idiotas. No me jodan, si hay algo peor que oír una conversación entre tukkys, debe ser pasarse un día completo en Mc Donald’s.